Una investigación revela los problemas de la tecnología de detección utilizada en las islas para detectar cayucos y salvar a sus tripulantes
Dos naufragios que pasaron inadvertidos suman 83 muertos más a la ruta migratoria hacia Canarias
Un sistema obsoleto, desarrollado con un propósito diferente al de la detección de pateras o cayucos, con piezas “canibalizadas” de otros equipos y una falta de mantenimiento que “impide que funcione a su máxima capacidad”. El resultado es una infraestructura tecnológica complicada de utilizar, pero que está operada por guardias fronterizos con “formación limitada” y que deben compaginar esta tarea con otras, lo que “afecta a su concentración y eficiencia según la carga de trabajo”.
Este es el diagnóstico del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) plasmado en un nuevo informe realizado por AlgoRace y EuroMed Rights, presentado este viernes. El análisis, realizado a partir de entrevistas con guardias civiles, personal de Salvamento Marítimo, información proporcionada por el Ministerio del Interior y visitas a sus instalaciones, arroja luz sobre la tecnología en la se apoyan las fuerzas encargadas de detectar los cayucos que intentan llegar por mar a Canarias, uno de más puntos calientes de las rutas hacia Europa y que está dejando cientos de víctimas.
El SIVE está formado por un conjunto de cámaras electroópticas, radares e infrarrojos ubicados en 24 instalaciones en las islas, 17 de las cuales se encuentran en Gran Canaria. La mayoría se encuentran en torres ubicadas en la costa o en áreas montañosas próximas al mar. Cuando el radar detecta algo en el mar envía una alerta a los centros de coordinación del sistema, donde se muestra en un mapa con el área que vigila la infraestructura y señala si el objeto es “sospechoso” o no.
Un helicóptero buscan supervivientes del naufragio de un cayuco que volcó el 29 de septiembre cerca de Las Playas. El suceso dejó más de 50 muertos, la mayor tragedia migratoria de la historia de las islas.
Sin embargo, el propósito inicial del SIVE no era detectar cayucos, sino combatir el tráfico de drogas en el Estrecho de Gibraltar. El sistema se migró a Canarias en 2004 como solución de urgencia a la crisis de los cayucos y se ha ido parcheando desde entonces. Sin embargo, la enorme diferencia entre las lanchas rápidas que usan los narcotraficantes con las precarias embarcaciones que se lanzan al mar confiando en que el mar les ayude a llegar a las islas hace mella en las capacidades de la infraestructura de detección.
“El SIVE tiene un problema significativo con las olas, ya que a veces las confunde con pateras”, refleja el informe. “Esto ocurre porque en ciertas ocasiones las embarcaciones se desplazan a velocidades similares a las de las olas (aproximadamente 10 kilómetros por hora), lo que provoca que el radar identifique erróneamente el movimiento de las crestas de las olas como embarcaciones”, desarrolla.
El SIVE tiene un problema significativo con las olas, ya que a veces las confunde con pateras. Esto ocurre porque en ciertas ocasiones las embarcaciones se desplazan a velocidades similares a las de las olas
Los oficiales deben ajustar manualmente la cámara del radar para inspeccionar imágenes y verificar la presencia de embarcaciones, aunque el mal tiempo y las olas altas dificultan su correcto funcionamiento. La sensibilidad del radar puede reducirse para evitar detecciones erróneas de olas, pero esto también disminuye su capacidad para detectar pequeñas embarcaciones. Debido a estos problemas, la Guardia Civil ha tenido que retirar varios radares por fallos.
Las imágenes capturadas por las cámaras no tienen la misma calidad que las de una CCTV convencional y también han quedado obsoletas, refleja la investigación. “Según testimonios de miembros de Salvamento Marítimo y oficiales de la Guardia Civil, las imágenes no son muy nítidas, especialmente por la noche: en la oscuridad, el sistema proporciona imágenes en blanco y negro con formas difusas. La interpretación de estas imágenes y la decisión de activar los protocolos de rescate dependen de los oficiales de la Guardia Civil”, expone.
Un cayuco con 80 inmigrantes a bordo llegó en la noche del domingo al muelle a Tenerife.
Uno de esos trabajadores de Salvamento Marítimo reveló que los falsos positivos causados por olas no son el único problema del que adolece el SIVE. “El sistema también presenta dificultades en la percepción de profundidad. Una noche, mientras buscábamos una patera en Almería, la oscuridad era absoluta y no podíamos ver nada. La Guardia Civil nos informó que la patera se encontraba frente a nosotros, por lo que avanzamos en línea recta para encontrarla. No obstante, la embarcación no estaba realmente delante, sino detrás de nosotros. La perspectiva en la pantalla del radar daba la impresión de que estábamos en la misma línea”, lamentó.
La Guardia Civil ha llegado reconocer que se han producido interpretaciones erróneas de los datos de SIVE por parte de sus oficiales, como también fallos del propio sistema automatizado de alertas, recoge el informe. “En algunos de estos casos, se descubrió posteriormente que las alertas eran de barcos con migrantes que naufragaron mientras esperaban un rescate que nunca llegó”.
Repuestos que se pasan un año en el almacén
elDiario.es se ha puesto en contacto con el Ministerio del Interior y con la Guardia Civil para incluir su valoración sobre las aseveraciones del informe de AlgoRace y EuroMed Rights, pero no ha recibido respuesta. El estudio recoge que el Gobierno ha destinado decenas de millones de euros en los últimos años para para modernizar los sistemas tecnológicos de la frontera sur, que incluye la digitalización de las vallas de Ceuta y Melilla, pero la actualización del SIVE en Canarias no ha sido una prioridad.
Los autores señalan que los sistemas de detección de pateras en las islas han ido parcheándose con pocos recursos desde que se implementaron en 2004 en Fuerteventura, en 2006 en Lanzarote, en 2007 en Gran Canaria y en Tenerife en 2008. Esta es otra de las claves que perjudica la efectividad de toda la infraestructura destinada a la detección de pateras y el salvamento de los inmigrantes que viajan en ellas.
Un Guardia Civil explicó que, en la última década, ha prevalecido la práctica de “canibalizar” cámaras y radares, reutilizando piezas de otros dispositivos en lugar de reemplazarlos. Señaló que esto provoca fallos frecuentes
“La inestabilidad en la gestión del mantenimiento y la sustitución de piezas impide que el sistema funcione a su máxima capacidad. Un miembro de la Guardia Civil explicó que, en la última década, ha prevalecido la práctica de ‘canibalizar’ cámaras y radares, reutilizando piezas de otros dispositivos en lugar de reemplazarlas por completo. Señaló que esta inconsistencia provoca fallos frecuentes en los equipos”, recogen.
En otras ocasiones la inversión no llega nunca a su destino. El estudio resalta que el “caso más reciente y revelador de esta deficiente gestión se produjo en Lanzarote, donde radares y cámaras destinados a un puesto se mantuvieron almacenados en un garaje durante más de una década”. En octubre de 2023, cuando otra instalación del SIVE estaba cerca de inaugurarse en la misma isla, se vandalizó y quedó totalmente inutilizable. “Las sospechas inducen a que el pasado fin de semana accedieron al interior de la instalación durante la noche, la rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego”, recogió la televisión pública canaria.
“Llevamos años denunciando la falta de personal y de material en Canarias”, denunció la Asociación Unificada de Guardias Civiles, la principal organización de agentes, en Atlántico Hoy, otro medio local. “Hace unos años había que realizar un informe diario sobre la llegada de pateras o cayucos a islas como Lanzarote y Fuerteventura que incluyera el estado real del SIVE. Se enviaba todos los días a Las Palmas de Gran Canaria. Se advertía que el sistema no era infalible, que el sistema no funcionaba. Y pese a eso se buscaban responsables humanos cuando no se localizaba a una patera. Pero eso ahora ya no sucede. ¿Por qué no interesa?”.
Inteligencia artificial
El objetivo del informe era analizar la implementación de inteligencia artificial en la frontera sur española y si esta estaba respetando los derechos humanos de los inmigrantes. Sin embargo, la realidad de lo que han encontrado los investigadores ha sido bien diferente. Sobre todo en Canarias. “Mientras que la IA aparece principalmente en la documentación de proyectos a largo plazo y en las licitaciones públicas, como se detalla en este informe, su presencia en la frontera canaria sigue siendo limitada”.
Entre esos planes, destaca el de Salvamento Marítimo, que que busca mejorar los servicios de rescate, vigilancia y seguridad marítima mediante el proyecto iSAR. Se centra en el desarrollo de sensores inteligentes, drones no tripulados y sistemas avanzados de comunicación para detectar cayucos y objetos peligrosos y contaminantes en el mar, incluso en condiciones meteorológicas adversas. El proyecto, con un presupuesto de más de 20 millones de euros, está cofinanciado en un 85% por fondos europeos. De momento su despliegue se reduce a un piloto, pero se espera que comience su implantación definitiva antes de 2025.
“Los jóvenes en los centros de menores a veces son los primeros en saber que una patera está en camino porque su primo viaja en ella. Una llamada telefónica: esa es toda la inteligencia artificial que se necesita”, refleja un trabajador social de un centro canarios destinado a acoger a menores inmigrantes entrevistado para el estudio.