Los movimientos sociales llevan semanas preparando una manifestación que esperan masiva y en la que reivindicarán que la vivienda no es un negocio entre dudas sobre el papel y la presencia de los partidos
Guía para la manifestación por el derecho a la vivienda en Madrid el 13 de octubre: mapa, recorrido y horarios
Hace años que la impersonal nomenclatura inglesa de los fondos de inversión forma parte del vocabulario común de las asambleas vecinales del barrio de Orcasur. Tanto, que uno ya puede Oaktree, de Blackstone o quizás de Cerberus, en función de quien sea en cada caso el propietario del piso del que lo quieran echar. Las historias son múltiples, de la hipoteca impagada cuando la gran crisis inmobiliaria, del alquiler que sube de precio drásticamente cuando aterriza el nuevo gran dueño, del piso vacío que fue tabla de salvación de una familia desahuciada y ahora es objetivo de los olfateadores de la rentabilidad fácil. De todos esos casos se habla en el humilde local de la asociación de vecinos, donde el jueves hay una energía particular. “Vamos a acabar con esto”, dice Rosario Reyes, de 59 años, casi una década entrampada para que su casa vuelva a ser suya.
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