El ministro de la Presidencia se encontró este domingo con el Papa Francisco al término de una canonización, y le invitó a visitar Canarias. El sábado, ante la cúpula episcopal, ofreció «la más absoluta predisposición a llegar a un acuerdo con la Iglesia» para resolver la crisis de los abusos y cumplir con la Ley de Memoria Democrática
Una semana después de la reunión que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo con Francisco, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se encontró brevemente este domingo con el Papa, con quien ha coincidido en la preocupación por la situación de las personas migrantes, “por lo que le ha invitado a visitar las islas Canarias”, según fuentes gubernamentales. El encuentro ha tenido lugar momentos antes de la canonización de siete franciscanos españoles, los denominados ‘mártires de Damasco’, asesinados por “odio a la fe” en 1860.
Antes, durante una recepción organizada el sábado por la tarde en la sede de la embajada de España ante la Santa Sede, y en presencia del presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, o el cardenal de Barcelona, Juan José Omella, Bolaños mostró su confianza en poder “alcanzar consensos” con la Iglesia española en dos de los grandes puntos de fricción de los últimos meses: la aplicación de las recomendaciones contenidas en el informe del Defensor del Pueblo sobre las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia, o el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática para la resignificación del Valle de Cuelgamuros, lo que implicará la salida de los benedictinos del valle y una nueva nueva presencia de la Iglesia en el complejo.
Bolaños, flanqueado por Omella y Argüello, en la embajada
En este sentido, el ministro de la Presidencia habló de la “amplia vocación de diálogo” mantenida con la Iglesia católica, al tiempo que manifestó la “más absoluta predisposición” del Gobierno de España a “llegar a un acuerdo con la Iglesia para resolver estas dos cuestiones continuando con una tradición de máximo entendimiento y lealtad”.
Junto a ello, Bolaños destacó la “inquietud compartida” con los obispos en lo tocante a la crisis migratoria o la guerra en Oriente Medio. Así, el ministro ha señalado que la preocupación del Gobierno de España por la paz, la defensa del derecho internacional humanitario y la situación de los migrantes, “implica una reflexión conjunta sobre qué país queremos ser en el mundo y a qué Europa queremos contribuir”.
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