Ayuso desautoriza a Feijóo y al resto de barones del PP que sí se reúnen con Sánchez: «No es Madrid, es España»

La presidenta regional será la única que rechace reunirse con el presidente del Gobierno mientras la dirección nacional de su partido insiste en considerar “un error” no aceptar la invitación

La presidenta extremeña se desmarca de Ayuso y acudirá a la reunión con Pedro Sánchez el viernes

Isabel Díaz Ayuso ha decidido plantar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y será la única presidenta autonómica que no se reunirá con el jefe del Ejecutivo en su ronda. La presidenta de la Comunidad de Madrid dijo este lunes que esas citas, a las que no han fallado sus compañeros de partido, van “contra los intereses de España”. Su reflexión supone la enésima desautorización al máximo líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, que en septiembre sostuvo la idea contraria: “Si un presidente autonómico no acude al Palacio de la Moncloa, creo que comete un error”. Tras conocer la decisión de la presidenta madrileña, la dirección del PP insiste en que no ir es “un error”.

Ayuso comunicó el lunes su decisión y aseguró que acudir al encuentro convocado por Sánchez “no sirve para nada”. Para justificar su decisión, aseveró que si estas reuniones tuviesen algún beneficio para los madrileños ella “no dudaría” en acudir. La líder del PP de Madrid opta así por escalar el enfrentamiento con el presidente de Gobierno, asegurando que Sánchez le ha difamado y que el Ejecutivo central, “utilizando todos los poderes del Estado”, lleva cinco años sometiéndola “a una campaña de desprestigio”

“Esto no va de Madrid, va de España, y es lo que más me duele de todo”, apuntó este lunes en declaraciones a los periodistas en la presentación de la exposición ‘Bolivariano’, del fotoperiodista Álvaro Ybarra. Lo hizo horas después de que su equipo anunciase a primera hora su negativa a asistir este viernes a la Moncloa, tras ser citada por Sánchez.  

Ayuso será así la única líder autonómica que plantará al presidente del Gobierno en la ronda de encuentros bilaterales organizados por el Ejecutivo central tras las quejas por el acuerdo firmado con ERC para una reforma de la financiación de Catalunya, y con otros asuntos encima de la mesa como inmigración, infraestructuras, inversiones o el debate territorial. 

Sus compañeros y compañeras de partido sí que acudirán a estos encuentros. Lo han hecho los que ya fueron convocados en semanas previas, y lo harán todos los que quedan por delante. Este viernes es el turno de Marga Prohens (Baleares) y de María Guardiola (Extremadura). La semana que viene, de Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), Juan José Imbroda (Melilla) y Juan Jesús Vivas (Ceuta). 

Silencio de Feijóo

El líder del PP ha optado, otra vez, por el silencio. Feijóo decidió este lunes esquivar a los periodistas desde que hace ya dos semanas se destapó que los dos grupos parlamentarios que dependen de él, el del Congreso y el del Senado, dejaron pasar sin enmendar, en el mejor de los casos, una ley que podría llegar a beneficiar a presos de ETA. Desde entonces, Feijóo no responde preguntas. Incluso tras convocar a los periodistas. Y tampoco lo hizo este lunes en Santander, donde participó en el congreso de la patronal de las empresas familiares. No se refirió a Ayuso ni a la ronda de reuniones con los presidentes autonómicos. Y esquivó a la prensa a la salida.

Sí hablaron desde su equipo para reiterar que Feijóo cree que es un “error” no asistir a la Moncloa. “Comprende sus circunstancias porque Sánchez la ha llamado corrupta a ella y delincuente a él”, apuntan fuentes de la dirección nacional del PP. “Feijóo mantiene todo lo que dijo” en la entrevista a El Mundo del 7 de septiembre, añaden las mismas fuentes, que insisten en que el líder del PP “es comprensivo con las motivaciones de Isabel”. 

A pesar de la decisión del resto de presidentes autonómicos de cumplir con la cita en la Moncloa, Ayuso insiste en que “no se tiene que olvidar el contexto en el que se realizan estas reuniones”. Tras el pacto suscrito con ERC para un cupo catalán, la presidenta madrileña sostiene que esta medida contribuye al nacimiento de “una nación” y la preparación de “un nuevo golpe”. 

El contexto no es nuevo y está sobre la mesa desde el pasado verano, también para el resto de presidentes. Para justificar su decisión, Ayuso intentó legitimar la actividad de su gobierno, comparándola con la del equipo de Sánchez. En su intervención, alardeó de su mayoría absoluta y de un rodillo parlamentario que le ha ayudado a tener tanto presupuestos, como un “gobierno estable”. E interpeló directamente a Sánchez: “Él ha cambiado ya 44 veces de ministros”. Ayuso ha laminado su gobierno entero de una legislatura para otra.

La presidenta madrileña no sólo cargó contra el presidente, también contra su mujer. “Quiero dejar muy claro otra vez que el novio de Ayuso no va a la Puerta del Sol a hacer negocios, cosa que sí hace la mujer del presidente Begoña Gómez”, dijo, para presentarse a ella y a su entorno como víctima de una cacería de “todos los poderes del Estado”.

“Tienen que ir a lo personal porque, evidentemente, en las urnas no pueden”, indicó. Con todo, para la presidenta madrileña las declaraciones de Sánchez la semana pasada en Bruselas refiriéndose a ella como “pareja” de “un delincuente confeso” supusieron un punto de inflexión para negarse a acudir a la Moncloa. En esas declaraciones que han servido para dinamitar el encuentro del presidente de Gobierno y la lideresa madrileña, el secretario general del PSOE sugirió que Ayuso se “benefició” de las actuaciones de su novio, Alberto González Amador, al vender mascarillas durante la pandemia.

Ayuso se desmarca de los demás presidentes del PP

La presidenta madrileña confirmó este lunes lo que ya anticipó el pasado 5 de septiembre, un día antes de un cónclave con Feijóo y todos los presidentes del PP para mostrar unidad. Ayuso lanzó la idea de un plante generalizado que no fue bien recibido por sus homólogos ni por la dirección nacional. “Esto no va de dinero, va de España”, dijo.

Las palabras de Ayuso cayeron muy mal en muchos dirigentes del PP que habían ya mostrado su predisposición a cumplir con lo que defendieron como una obligación “institucional”. Presidentes como el andaluz, Juan Manuel Moreno, el murciano, Fernando López Miras, el aragonés, Jorge Azcón, o el valenciano, Carlos Mazón, defendieron en público que debían asistir a las reuniones.

Al día siguiente, Feijóo presentó un acuerdo de mínimos entre sus barones con una guía de qué mensaje llevar a Pedro Sánchez a la Moncloa. Tanto el líder del partido como los presidentes autonómicos ofrecieron un discurso, pero ninguno respondió a preguntas de los periodistas. La orden fue evitar hablar con la prensa para salvaguardar la imagen de unidad.

Pero las críticas internas por las palabras de Ayuso, que fueron interpretadas por no pocos dirigentes como un marcaje al resto de barones, no cesaron. El 16 de septiembre aseguró en público que no era quién para decirles qué hacer. Días después, la presidenta regional volvió a dirigirse a sus pares, esta vez a puerta cerrada. Aunque molestos por la posibilidad de que se socave su imagen, los barones del PP aceptan que Ayuso sea un verso libre y que marque la agenda con sus declaraciones, como volvió a hacer este lunes.

En privado no son pocos los que se resignan e intentan verle el lado positivo: mantiene fiel a las filas del PP a su electorado más ultra. Además, en el partido creen que Ayuso no perderá ni un solo voto aunque no dé una imagen institucional, algo que sí les exigen a ellos en sus territorios. Algunos barones han optado por defender en público a Ayuso. Es el caso del valenciano Carlos Mazón, quien lamentó el lunes la “persecución” a la que se somete a la presidenta madrileña, según sus palabras. Mazón acudió a Moncloa hace apenas dos semanas para reclamar a Sánchez una quita de deuda de 22.000 millones de euros.

Otros también han optado por el silencio, por hablar solo de sus territorios o por decir que las palabras de la presidenta de Madrid no dejan “ni bien ni mal a los demás”.

Un escenario familiar para el PSOE

Para el PSOE, el cuerpo a cuerpo con Isabel Díaz Ayuso resulta ya un escenario familiar. La lista de ataques de la presidenta madrileña a Sánchez es inagotable, y desde el Gobierno no han dudado nunca en recoger el guante de esas hostilidades incluso para reconvertirlas, a menudo, directamente en un ninguneo al líder de la oposición. “La jefa no le deja”, le repitió varias veces Sánchez a Feijóo la semana pasada en el Congreso, en referencia a algunas de las reformas pendientes de pactar entre los dos grandes partidos como es la quita de la deuda, la financiación autonómica o la ley de extranjería.

En medio de una defensa cerrada a la figura del Fiscal General del Estado, investigado a raíz de una denuncia de la pareja de Ayuso, el propio presidente del Gobierno entró al choque con la presidente madrileña durante su comparecencia en Bruselas del pasado jueves. “El fiscal general del Estado hizo su trabajo, que es perseguir al delincuente y combatir la desinformación y un bulo. ¿Cuándo el PP le va a exigir explicaciones y responsabilidades a la presidenta de la Comunidad de Madrid, que es pareja de un delincuente confeso?”, arremetió.

Después de conocerse este lunes que Alberto González Amador amenaza con querellarse por esas palabras tanto contra el presidente del Gobierno como contra el ministro de Justicia, Félix Bolaños estiró un poco más el cruce de acusaciones. “Su abogado reconoció los delitos y eso en castellano se llama delincuente confeso. ¿Cómo quiere que le llamemos, persona ejemplar?”, ironizó.

Con una legislatura en la cuerda floja por la falta de una mayoría parlamentaria sólida y en mitad del escándalo del caso Koldo que salpica de lleno a José Luis Ábalos, entre las filas socialistas hay quien recibe incluso estas escaramuzas con la presidenta madrileña como una oportunidad de desviar el foco en un momento muy complicado para el Ejecutivo. Algo que se ha visto reforzado con el plantón de Ayuso a su cita en la Moncloa. “No participar en la ronda de reuniones es una irresponsabilidad y una dejación de funciones. El presidente del Gobierno no ha difamado a nadie, sólo ha recordado los dos delitos fiscales que ha reconocido su pareja”, valoraban este lunes en el Ejecutivo.

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