Y la montaña parió un ratón. Ni cisma, ni más crítica implacable que las de y . Un clásico ya en los Comités Federales del PSOE desde que Pedro Sánchez es secretario general. Las previas fallaron una vez más. No temblaron los cimientos de la calle Ferraz y tampoco el líder de los socialistas acabó sepultado por la censura de los barones, como algunos habían pronosticado. Así puso el broche el líder de los socialistas a una primera semana de septiembre en la que recuperó la iniciativa frente a un Alberto Núñez Feijóo que no termina de encontrar el tono ni el eje de una estrategia propia, más allá de decorados de cartón piedra para sus puestas en escena.