La sumisión de Bezos mantenida en secreto tenía para Trump escaso valor. La publicidad era lo decisivo, ya que con ella se transmitía el mensaje a la sociedad en general y al mundo empresarial en particular de que las reglas del juego en la elección presidencial han cambiado
Más de 200.000 suscriptores se dan de baja de ‘The Washington Post’ tras el veto de Bezos a apoyar a Kamala Harris
El viernes de la pasada semana, cuando el editor del Washington Post (WP) anunció que el periódico renunciaba a avalar a ninguno de los dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump tuvo una entrevista con los ejecutivos de Blue Origin, la compañía propiedad de Jeff Bezos, que es a su vez propietaria del WP.
No se trató de una mera coincidencia o de que Trump y Bezos fueran pillados haciendo algo que hubieran preferido mantener secreto. Todo lo contrario. No sé para Bezos, pero para Trump, el valor de esa coincidencia es que se hiciera pública. Porque con ello Trump hacía visible lo que viene postulando desde que decidió presentarse en 2016 a las elecciones y, especialmente, desde que consiguió ser elegido presidente de los Estados Unidos: su prevalencia sobre el imperio de la ley y el orden democrático.