S’Espalmador, el ‘triángulo de las Bermudas’ balear donde naufragan los barcos por la masificación turística

En los últimos 14 años se han registrado siete accidentes graves de embarcaciones de gran tamaño en el islote, que sufrió un incendio en 2016 por una bengala. Los propietarios pagaron 18 millones para adquirir una isla donde no se puede pernoctar, pero que admite, sin límite, visitas de día

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Navegar entre Eivissa y Formentera nunca fue sencillo. Sobre un eje norte–sur de cinco quilómetros, los marineros deben andarse con ojo para esquivar una docena de islotes de distintos tamaños. La zona es un campo de minas. Hay corrientes, aguas menos profundas de lo que aparentan y un paso principal de apenas ochocientos metros de amplitud. A ese estrecho lo llaman es Freus y está marcado por dos faros, el de la Illa des Penjats, en el lado ibicenco, y el de la Illa des Porcs, en el formenterense, bien pegado a s’Espalmador. Con sus dos quilómetros cuadrados, es el pedazo de tierra más grande entre las Pitiüses, y bien podría ser bautizado (metafóricamente) como el ‘Triángulo de las Bermudas’ del Mediterráneo español. Es un caramelo para cualquier dueño de una embarcación de recreo y un santuario para las aves marinas (pardelas, cormoranes, alcatraces, gaviotas de Audouin…), pero, también, el escenario de bastantes naufragios. Algunos, muy recientes.

Quien olvida el sentido común o se despista compra boletos para sufrir un accidente en s’Espalmador. El último ocurrió justo al empezar este verano, la víspera de San Juan. Un barco de dieciocho metros aterrizó sobre la isla después de chocar contra unas rocas. En 2023, la quilla de una lancha mordió unos bajíos cerca de es Gorrinets, una de las puntas que afilan esta costa, y se hundió. Dos años antes, la pareja de tripulantes que pilotaba una lancha de trece metros salió ilesa después de embarrancar en sa Torreta, un islote mucho más pequeño que, en la zona norte de la costa de poniente, forma un canal de cien metros de anchura, el lugar preferido para fondear de los ibicencos que navegan hasta s’Espalmador para pasar el día. Un quilómetro al sur de sa Torreta se encuentra la Illa de Casteví. Apenas una roca, pero cargada de peligro si se peca de inexperiencia o exceso de confianza. Bien lo saben los ferris de línea. En 2020, el de la naviera Baleària quedó varado en allí. En 2016, embarrancó un buque de la compañía Aquabus, afortunadamente, con sólo doce personas a bordo. No hubo heridos. En 2012, el , también de Baleària, se subió directamente al peñón de Casteví con veintisiete personas dentro del barco. 

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