No es habitual que el ponga el foco en un sector económico sobre el que no tiene ningún tipo de supervisión directa. Menos aún, si ese sector tiene una baja o nula presencia en España. Sin embargo, acaba de hacerlo con el sector tecnológico de Estados Unidos, por el elevado y el efecto que puede tener a escala global si hay un traspié en sus cotizaciones. De hecho, compara ese posible escenario con el pinchazo de la burbuja “puntocom” de principios de siglo.