El anuncio de que la aportación de Ayuntamiento de Zaragoza y Gobierno de Aragón alcanzará los 152 millones de euros es solo un capítulo más en el polémico proyecto del nuevo estadio
El gobierno del PP en Zaragoza vincula la financiación pública en La Romareda con un recurso que fue efectivo 20 días
La elección del momento para la última rueda de prensa de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca (PP) -un viernes por la tarde-, hacía presagiar lo peor. Y sus palabras lo confirmaron: la reforma del estadio de La Romareda, un proyecto rodeado de una opacidad total para la oposición municipal, una iniciativa que inicialmente solo requeriría capital privado, que después iba a suponer 80 millones de euros públicos, costará al final más de 150 millones -sin IVA- a las arcas del Ayuntamiento de Zaragoza y del Gobierno de Aragón.
Y los números aún pueden empeorar. Es la historia de la Operación Romareda, cuyo último capítulo ofreció una situación casi orweliana: la alcaldesa trató de camuflar los 72 millones de euros extras que ambas instituciones tienen que aportar bajo el argumento de un ahorro “de entre 35 y 50 millones de euros” en concepto de intereses.