Ni autocrítica ni empatía ni perdón. cuando ya habían transcurrido 20 días de la tragedia provocada por la DANA en la que murieron más de 200 personas. Y lo hizo para descargar la culpa sobre “el sistema”. Sobre todo el sistema. Sin asumir la responsabilidad que le correspondía. Convirtió en chivo expiatorio con mentiras, inexactitudes y manipulaciones al acusar a la entidad de someter a la Generalitat a un apagón informativo “de dos horas y media” que nunca existió.