La Asociación Cántabra de Genealogía restaura la memoria y guía en el proceso de búsqueda de familiares en archivos históricos, aunque sus miembros admiten las trabas para investigar y la indiferencia de algunas instituciones: «No se tiene la idea de que tú les estás dando la vida»
Reportaje – La voz de los últimos pasiegos aislados: “Antes pasaba algo y cualquiera te echaba una mano; pero ahora ¿a quién recurres?”
A Maite Sánchez de Gurtubay le suelen decir en casa que deje el mundo de los muertos y vuelva al de los vivos, pero ella, en lugar de regresar al cauce del tiempo, se sigue enredando en las ramas del árbol genealógico. “Los muertos no dan disgustos”, dice con una sonrisa, “solo alegrías cuando los encuentro”. Maite lleva más de tres lustros recorriendo ciudades, ayuntamientos, archivos históricos, juzgados de paz, parroquias y reales chancillerías, aunque esa pasión que la tiene hurgando en el pasado brotó de una semilla de frustración. Ella estaba completando los eslabones de su propio linaje cuando unió sus fuerzas a las de Joaquín Polo y María José Lavid después de estrellarse, una y otra vez, con las barreras burocráticas que les impedía rebobinar su propia historia. Así, en el año 2007, crearon la .
Asociación Cántabra de Genealogía (Ascagen)