El intento de echar abajo El Algarrobico, sigue dando vueltas sobre sí mismo sin avanzar hacia el derribo. La última pirueta jurídica consiste en discutir si el Ayuntamiento ha cumplido ya la sentencia (dictada en 2016, hace ocho años) que le ordena modificar su PGOU para recoger expresamente que ese terreno es no urbanizable de especial protección, como manda la ley desde 1994.