El niño, Arturo, tiene problemas de movilidad y debe desplazarse en silla de ruedas. El elevador también estuvo estropeado durante cerca de un mes el pasado curso
Las familias de la Gonzalo Anaya denuncian un curso de “fuertes” recortes, “desvío” de recursos a la concertada y “nada positivo”
Esta semana comenzaban las clases en todos los centros educativos de la Comunitat Valenciana. Sin embargo, la vuelta al cole no ha sido igual para todas las familias. Este primer día ha sido especialmente duro para María Jesús y su hijo Arturo, de 11 años, que cursa sus estudios en el Ceip Voramar de Alicante. María Jesús ha tenido que cargar con su hijo, que pesa unos 40 kilos, en la espalda a caballito para subir las escaleras que le llevan a su aula, en el primer piso, ya que el ascensor del centro está averiado desde el pasado mes de junio. María Jesús y su hijo ya sufrieron esta situación durante cerca de un mes el pasado curso.
El ascensor, imprescindible para la movilidad de Arturo debido a su condición (sus problemas de movilidad hacen que se tenga que desplazar en silla de ruedas), lleva más de tres meses fuera de servicio, sin que el ayuntamiento haya dado fecha para su reparación. Sin embargo, Arturo no es el único alumno del centro con problemas de movilidad, que debe acceder a clase salvando el obstáculo que suponen la veintena de escalones que separan la planta baja del primer piso. La única alternativa que existe, y que no es viable, es que los estudiantes no vayan a clase.