Estaba en Córdoba, en el cementerio de San Rafael, bovedilla de adultos, n. 54, fila 1., departamento 2. Pero, 88 años después de su fusilamiento, ya está en Zuera, el pueblo de su padre. Sadí de Buen Lozano, médico parasitólogo, uno de los principales protagonistas de la lucha antipalúdica en España en los años 20 del siglo pasado, ha regresado por fin a casa. Dos de sus nietas, Teresa y Beatriz Biaggi de Buen, acompañadas de sus hijos y de sus propios nietos uno de ellos, de nombre Sadí, de cinco años, y otro, Giacomo Sadí, de 20 asistieron emocionadas a la inhumación de los restos.