Los discursos antipolíticos son peligrosos porque cuestionan elementos democráticos y porque, en realidad, son un gigantesco trampantojo: todo discurso despolitizante es, en esencia, un discurso con una finalidad política
En el año 2015, el gobierno de Argentina imprimió nuevos billetes con una particularidad: no había ni rastro de figuras históricas o políticas en ellos. En su lugar se imprimieron distintos animalitos de la fauna argentina. Esos billetes tenían, además, colores vivos dejando de lado la solemnidad monocromática de los billetes anteriores. “Con la elección de la fauna y de las regiones argentinas, el BCRA procura también un punto de encuentro en el que todos los argentinos puedan sentirse representados en la moneda nacional”, explicaban en un comunicado. Varios estudios analizaron cómo aquella decisión aparentemente banal, colorida y anecdótica escondía detrás una voluntad un poco más sesuda: la de alejar, al menos en apariencia, a la política de la economía.
En plena Dana, el presidente de Castilla-La mancha, Emiliano García-Page, propuso que el conjunto de emergencias en España contase con una “autoridad independiente” sin “interferencia política” para gestionar las catástrofes. Y en esas anda Carlos Mazón que acaba de nombrar al teniente general Francisco José Gan Pampols, un militar de extenso y solvente currículum, al frente de la vicepresidencia y como consejero para la Recuperación Económica y Social tras la Dana. En una entrevista en , : “Busco rodearme de los mejores. Y luego, de una forma muy especial, quitar el debate de la reconstrucción del ámbito político. Dejarlo simplemente en el ámbito técnico”. Pampols busca, en definitiva, alejarse de la política desde dentro de una estructura política.
El País