En el caso se acusaba a Trump de cuatro delitos: dos relacionados con obstaculizar la certificación del resultado de las elecciones de 2020, uno de conspiración para intentar impedir el recuento de votos y otro por haber intentado privar a la ciudadanía del derecho al voto
El fiscal especial Jack Smith a cargo del caso federal contra Donald Trump por instigar el asalto al Capitolio e intentar obstruir la certificación de los resultados electorales de las elecciones de 2020 ha pedido desestimar los cargos contra el republicano. Después de la victoria de Trump el pasado cinco de noviembre, Smith ya había empezado a trabajar sobre cómo acabar con los dos casos federales que tiene abiertos contra el ahora presidente electo. El fiscal especial tenía solo dos meses antes de que Trump tomara posesión y ya no se le pudiera juzgar.
Smith da así carpetazo a un caso que ni siquiera llegó a tener fecha de juicio debido al trabajo constante de la defensa del magnate para posponer el caso (igual que los otros tres) hasta después de las elecciones. La decisión de Smith no es una rendición ante Trump, sino un intento de dejar vía libre a que los fiscales puedan volver a presentar cargos contra él cuando Trump acabe el mandato y ya no goce de la protección presidencial.
Aunque sobre la mesa aún queda la posibilidad de que Trump haga algo que antes no se ha visto en la justicia estadounidense: utilizar el poder presidencial del perdón para perdonarse a si mismo y así anular esta posibilidad.