La candidata demócrata ha salido ganadora de la encuesta de la CNN entre los asistentes al debate por 63% frente al 37%
Kamala Harris arrincona a Donald Trump en el debate presidencial
Kamala Harris parece haber salido victoriosa del debate, de acuerdo con las opiniones de expertos, analistas y las primeras encuestas publicadas por los medios de comunicación. El analista Nate Silver ha escrito en su blog que hay “un fuerte consenso en que Harris ganó la noche”, al tiempo que señala que la cotización del Bitcoin han bajado, “lo que también implica una pérdida para Trump”. Y añade: “Incluso los comentaristas de Fox News parecían reconocer que Harris había ganado”.
Así mismo, Harris ha salido ganadora de la encuesta de la CNN entre los asistentes al debate por 63% frente al 37%. Por término medio, el ganador del debate ha aventajado en este tipo de encuestas post-debates en 18 puntos, por lo que la victoria de Harris por 26 puntos se sitúa en el extremo superior de la horquilla.
La mayoría de los votantes que participaron en un grupo de discusión –focus group– de la CNN en la Universidad Mercyhurst de Erie, Pensilvania, también dijeron que pensaban que Harris había ganado.
El grupo estaba formado por 13 votantes que aún no habían tomado una decisión sobre a quién votar antes del debate. Cuando Phil Mattingly, de CNN, preguntó al grupo quién había ganado el debate, ocho de los participantes dijeron que Harris había ganado el enfrentamiento. Mattingly señaló que Erie es “el condado más indeciso» en el campo de batalla”, informa CNN.
The Washington Post ha realizado un ejercicio semejante con un grupo de personas de Estados indecisos a los que hizo preguntas durante el debate, y concluyeron que Harris tuvo un mejor desempeño, independientemente de cómo planean votar en noviembre. Así, Harris parece haber consolidado el apoyo de los votantes que se inclinaban por ella.
Entre los 12 votantes que dijeron que “probablemente” la apoyarían antes del debate, cinco cambiaron a que “definitivamente” votarían por ella, y el resto dijo que todavía “se inclinan” hacia ella. Entre los nueve votantes que se inclinaban por Trump y respondieron a la pregunta posterior al debate, ninguno cambió a apoyarle definitivamente. Dos dijeron que probablemente votarían a Harris y uno piensa votar a un tercer partido.
The Washington Post reconoce que el grupo es “demasiado pequeño para representar estadísticamente cómo se sienten los votantes de los estados indecisos en general”, pero sus respuestas “ofrecen una idea de cómo los votantes no comprometidos del todo, que serán algunos de los votantes más importantes de estas elecciones, están pensando y sintiendo sobre el debate en tiempo real.
Algunos analistas conservadores, como Chris Rufo y Rod Drehrer, también reconocieron –con salvedades– la victoria de Harris en Twitter/X.
“Creo que está ganando ella”, decía Rod Dreher: “Parece una persona normal, clara y fuerte. Trump no puede asestar un golpe: es fanfarrón y está desenfocado. Sí, los moderadores de ABC son parciales, pero no se les puede culpar de la vanidad y la falta de precisión de Trump”.
“Harris gana ligeramente por puntos”, dice Christopher F. Rufo: “Esto no debería cambiar la carrera de manera significativa, pero ella fue capaz de reducir el riesgo y ahora la derecha ha perdido la narrativa de que Harris se niega ante los medios de comunicación o el compromiso. Será interesante ver si vuelve a guardar silencio”.
“Kamala Harris ganó la noche y el debate”, afirma Lloyd Green, abogado que trabajó en el Departamento de Justicia de EEUU de 1990 a 1992: “La vicepresidenta se mantuvo a la ofensiva y Trump tuvo la mayoría del tiempo de uso de la palabra, pero no le hizo ningún favor. El ex presidente atacó a Harris por la inmigración y la inflación. La tachó de marxista y presumió del tamaño de sus mítines. Homenajeó al húngaro Viktor Orbán y acusó a los inmigrantes de comerse ‘las mascotas de la gente’. Trump y Harris aparecen empatados en Pensilvania, mientras que los demócratas mantienen una estrecha ventaja en Michigan y Wisconsin. El entusiasmo tras la convención retrocede. El atentado contra Trump es historia. Se ha dado paso a la guerra de trincheras. Faltan menos de dos meses para el día de las elecciones, en política una eternidad”.
Bhaskar Sunkara, presidente de Nation, editor fundador de Jacobin, reflexiona: “Joe Biden puso el listón muy bajo: la actuación del presidente en el debate de junio fue tan desastrosa que le catapultó fuera de la carrera y a Kamala Harris a su puesto. Todo lo que Harris tenía que hacer el martes por la noche para ser celebrada por los medios de comunicación era encadenar frases coherentes. Y lo consiguió. Harris tuvo su mejor momento cuando fue capaz de retratar a Trump como élite que no se preocupa por los estadounidenses de a pie, incluidos sus votantes. La versión 2016 del populismo de Trump se centró en gran medida en los agravios económicos a los que se enfrentan los trabajadores estadounidenses. Su versión de 2024 es mucho más desquiciada: mentiras sobre las elecciones, mentiras sobre los inmigrantes que se comen a las mascotas, mentiras sobre las leyes del aborto, demasiadas mentiras para contarlas. Eso hace que sea muy fácil diferenciar entre una política competente del establishment y un peligroso aspirante a tirano. Pero me preocupa que, al no hablar de la ira justificada del país, Harris se esté convirtiendo en Hillary Clinton 2.0”.
Ben Davis, analista político en Washington DC, afirma: “En el pasado, si bien Trump era narcisista, impulsivo y racista, al menos era implacable con el mensaje, marcando el ritmo del debate con ataques y obligando a sus oponentes a adoptar sus planteamientos. En este debate, estuvo a la defensiva y pareció enfadado y confuso en todo momento. Gran parte del mérito es de Harris, que claramente se preparó bien y provocó a Trump en sus peores momentos. Cada vez que la pregunta versaba sobre un tema en el que Trump tiene ventaja en las encuestas sobre Harris, como la economía, la política exterior y el historial de la administración Biden, ella colaba una frase sobre él y su pasado que él no podía evitar perseguir. Sus frases más memorables destacaron sobre todo por ser estrafalarias y disparatadas. En definitiva, Trump demostró quién era: un autoritario de derechas, y además confuso e incompetente”.