Muere el histórico dirigente comunista y ex líder de IU Andalucía Antonio Romero a los 69 años

Fue jornalero, sindalista, líder comunista, diputado en el Congreso, senador y parlamentario andaluz en tres legislaturas. Se retiró a Humilladero (Málaga), su pueblo, tras ser diagnosticado de parkinson. Ha fallecido con 69 años.

El histórico dirigente comunista y exlíder de Izquierda Unida convocatoria por Andalucía Antonio Romero ha fallecido este viernes a los 69 años en un hospital de Antequera (Málaga), confirman a este periódico fuentes de la dirección de IU. Vivía en su pueblo, Humilladero, desde que se retiró de la primera línea política tras serle diagnosticada la enfermedad de Parkinson.

Romero lideró IU Andalucía entre 1997 y 2000, una época convulsa en la izquierda andaluza (como casi todas), pero siguió siendo un referente para los siguientes dirigentes de su partido hasta hoy. Llegó a la política desde el campo, porque era jornalero -“trabajador agrícola”, decía su perfil oficial en el Congreso-, desde el sindicalismo y la lucha obrera.

Fue diputado en la Cámara baja por Málaga en la primera mitad de los años 90, cuando los comunistas atizaban con dureza al desgastado Gobierno de Felipe González; fue senador entre 1986 y 1989; y diputado en el Parlamento andaluz en tres legislaturas muy distintas.

La primera vio prácticamente nacer el autogobierno andaluz, entre 1982 y 1989; y la segunda etapa fueron dos legislaturas consecutivas entre el 2000 -cuando fue cabeza de cartel de IU a las andaluzas- y 2008. En 2023 formó parte de la lista electoral de Sumar en su pueblo, y se le vio en primera fila de algún acto de campaña. Romero no dejó de llamar a los que vinieron después de él para liderar IU Andalucía, como el malagueño Toni Valero, que ocupa ahora el cargo, o Antonio Maíllo, líder de la dirección federal.

Su época al frente de IU Andalucía es el interludio entre dos dirigentes y formas de entender la izquierda muy distintos. Su predecesor fue Luis Carlos Rejón, famoso por la “pinza” que hizo con el PP de Javier Arenas para tratar desesperadamente de hacer mella en la mayoría absoluta del PSOE de Manuel Chaves; y su sucesor sería Diego Valderas, que terminaría pactando el primer Gobierno de coalición entre socialistas y comunistas de Andalucía, entre 2012 y 2015.

Rejón hereda el partido de manos de su fundador, Julio Anguita, y en una época de crisis profunda y cansancio del proyecto socialista logra los que, hasta hoy, son los mejores resultados electorales de IU Andalucía, en 1994: más del 19% de los votos y 20 diputados en el Parlamento. Todo ese capital político se desmoronó en aquella corta legislatura -conocida como la de la pinza PP-IU- de la que el PSOE de Chaves resucitó con una renovada mayoría absoluta.

IU fue castigada por los suyos, relegada al 3,9% de votos y siete parlamentarios menos. Antonio Romero es quien toma las riendas de la coalición cuando Rejón dimite, y después de que muchos de los partidos que integraban IU (y muchos dirigentes independientes) dieran un portazo al salir. Le tocó una época muy parecida, en términos anímicos, a la actual.

El dirigente malagueño pronto hizo borrón y cuenta nueva con la estrategia de guiños al PP, se desentendió de aquella teoría de Anguita de “las dos orillas”, y buscó un acercamiento al PSOE, ofreciendo a IU como aliado de izquierdas frente a la alternativa del Partido Andalucista (PA), que terminarían abrazando los socialistas. “Se te van a romper los nudillos de tanto llamarnos a la puerta”, llegó a decirle Chaves a Romero durante el debate electoral televisado por Canal Sur en el año 2000.

También aquella estrategia provocó un encendido debate interno en la izquierda, sobre todo en el seno del PCA, que siempre ha sido y es la fuerza motriz de IU. La coalición liderada por Romero cae al 8% de votos y se queda con seis diputados, su peor resultado hasta entonces. Antonio Maíllo le superaría en la cota más baja en las andaluzas de 2015 -con cinco diputados, el mínimo para tener grupo parlamentario-, con la irrupción de Podemos en escena y ante la fuerza que entonces tenía Susana Díaz.

A Antonio Romero le tocó pilotar una IU rota y desanimada, con un éxodo interno que desangró la organización de partidos y dirigentes significativos. Nadie le disputó el liderazgo entonces porque nadie más se atrevió a coger las riendas de una coalición que se sabía a las puertas de una travesía en el desierto.

Defendió una propuesta de izquierdas más dialogante y moderada, menos moralista y altiva, más amable con otras formaciones del espacio progresista y más autocrítica. “Hemos cometido el error de pensar que estábamos en posesión de toda la verdad y eso nunca es posible”, le dijo a los suyos a las puertas de una asamblea regional, pidiéndoles “no renunciar a las utopías”, pero siendo capaz de presentarse como un “partido eficaz y de gestión pública”.

El actual coordinador regional de IU y diputado de Sumar en el Congreso, Tonio Valero, ha recordado este viernes a su predecesor con estas palabras: “Antonio Romero fue un referente de la lucha del pueblo andaluz desde la conquista de la democracia hasta las luchas de nuestros días. Fue un hombre inquebrantable y generoso que se rebelaba ante un sistema injusto. De origen humilde fue siempre leal a la clase trabajadora. Muere un comunista de los pies a la cabeza”.

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