Si no te gusta que el invierno sea sinónimo de abrigos, bufandas y cielos grises, siempre hay alternativas. Y no hablamos de migrar a África como las aves, sino que sin salir de Europa encontramos destinos donde el sol puede seguir brillando con fuerza. En concreto, islas donde las temperaturas son más agradables y la tranquilidad está asegurada. Además, diciembre suma a su atractivo un aire festivo diferente, con que se mezclan con paisajes rurales y una deliciosa sensación de desconexión lejos de las abarrotadas calles comerciales de las grandes ciudades.