La Cámara Alta ha acogido con el visto bueno del PP la cumbre de la Red Política de Valores, en la que se han dado cita representantes del discurso reaccionario a nivel internacional y han compartido ideas y estrategias para recortar derechos y políticas sociales
Jaime Mayor Oreja: “Están ganando los científicos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución”
Un selfie para inmortalizar el momento con el antiguo escudo del Senado de fondo, saludos efusivos a las puertas entre viejos conocidos, nuevas caras que acaban de aterrizar. Así comenzaba esta mañana la VI Cumbre Transatlántica organizada por la Red Política de Valores, una organización internacional de políticos de extrema derecha cristiana que gracias a la mayoría absoluta del PP en la Mesa, que frenó las peticiones de anulación impulsadas por otros grupos, ha logrado reunir a unos 200 ultras de 45 países diferentes en la Cámara Alta, convertida este lunes en epicentro del discurso reaccionario.
Los asistentes no son simples interesados por este tipo de reuniones: son algunas de las puntas de lanza de la ofensiva contra los derechos de las mujeres, el colectivo LGTBI o las personas migrantes a nivel global. Su modus operandi es conocido. En este tipo de espacios comparten ideas y prácticas, intercambian estrategias, se conocen cara a cara y se inspiran. Después, cada uno volverá a su país, a su puesto de gobierno o su escaño en el caso de los políticos, o a la organización desde la que busca tumbar derechos como el aborto, la eutanasia o el matrimonio igualitario.
Bajo el lema “Por la libertad y la cultura de la vida”, se ha celebrado la cumbre en la que se llegado a calificar el aborto de “asesinato de inocentes”, se ha asegurado que “es usado por los adolescentes como método anticonceptivo, se ha defendido que la eutanasia es ”un pecado capital y un delito contra la vida“ o se ha afirmado que utilizar el término cónyuges ”sin precisar que son un hombre y una mujer permite la poligamia o incluso los matrimonios entre personas del mismo sexo“. Poco antes del inicio de la reunión, grupos feministas se han concentrado a las puertas del Senado para mostrar su oposición: ”Fuera antielección del Senado“, han clamado.
“La cultura woke ha dado un paso atrás”
Pasadas las 9 de la mañana y después de que los asistentes acudieran a misa al Real Monastero de la Encarnación, el encuentro ha empezado con una mesa en la que tanto el PP como Vox han tenido representación. Así, el exsenador popular Javier Puente, que es director general de innovación del Gobierno de Cantabria y miembro del consejo asesor de la Red Política de Valores (PNfV por sus siglas en inglés) y Fernando Carbonell, senador de Vox, han dado la bienvenida a los asistentes celebrando que aquí se venga a “defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural”, han coincidido ambos antes de dar paso a dos de las voces más aplaudidas de la jornada.
El exministro del Gobierno de José María Aznar, Jaime Mayor Oreja, ha comenzado calificando de “principal problema” de la sociedad el intento de “reemplazar un orden social basado en fundamentos cristianos por un implacable desorden social” en el que priman “modas dominantes” como “el desprecio a la ciencia” o “la reinvención de Europa”. “La esclavitud también fue una moda abominable”, ha comparado antes de celebrar que “esta batalla cultural se ha reabierto después de las elecciones en Estados Unidos”, tras las que “la cultura woke ha dado un paso atrás y han sido derrotados los que defienden el aborto” que, sin embargo –ha advertido– “van a continuar”.
Concentración frente a la Cámara Alta en respuesta a la cumbre antiaborto de este lunes.
Mayor Oreja, convertido en un auténtico referente internacional contra el aborto, ha lanzado además una afirmación con la que defiende el creacionismo, la doctrina que niega la teoría de la evolución y el darwinismo: “Acabo de estar en París en un acto de la Federación en defensa de la vida y he podido comprobar que la mayoría de los filósofos franceses hoy defienden nuestras posiciones. Y que, entre los científicos, fundamentalmente están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. Por eso no tenemos que tener ningún temor. Estamos ganando a pesar de que la moda dominante siga rabiosa y enfadada”.
Le ha seguido el ultraderechista chileno José Antonio Kast, presidente de PNfV, que ha anunciado que deja el cargo para preparar su candidatura a las elecciones de 2025. Le sustituirá al frente de la red Stephen Bartulica, eurodiputado de los ultranacionalistas croatas Movimiento por la Patria.
Milei y Trump, “chispas de esperanza”
Si hay algo que han destacado prácticamente todos los ponentes, organizados en diferentes paneles, son “las experiencias de éxito” que la extrema derecha está cosechando en diferentes partes del mundo: Hungría, Estados Unidos, Argentina…“Esta ha sido una década en la que esta red se ha potenciado y expandido. Hoy la izquierda ideológica que parecía avanzar por todos lados se ha detenido. El sentido común vuelve a instalarse y la libertad vuelve a resurgir con fuerza”, ha dicho Kast, que ha agradecido a Puente y Carbonell “habernos ayudado para poder estar aquí”.
Desde que se conoció que el Senado cedería una sala para la celebración de la cumbre, han sido varios los intentos por parte de los partidos de izquierda, además de Junts y PNV, de intentar suspenderla, pero los votos del PP lograron que se mantuviera. La cesión de la sala pasó por la Mesa de la Cámara Alta el pasado mes de julio sin discrepancias de ningún miembro –cuatro populares y tres del PSOE–, pero los socialistas no se enteraron hasta que El País lo publicó y acusaron después al PP de “haber colado” la iniciativa en el orden del día.
Familia, libertad, derechos humanos, sentido común, valores fundamentales… Son algunos de los términos que se repiten con insistencia a lo largo de la jornada, tras los cuales emerge el corpus de ideas que sostiene este entramado de nombres y grupos, que explican desde el atril del antiguo salón de plenos del Senado cómo combatir una supuesta “cultura de la muerte”. A Kinga Gal, eurodiputada húngara y vicepresidenta de Fidesz, el partido de Orbán, le ha seguido Nahuel Sotelo, miembro del Gobierno de Milei, que ha denunciado cómo “la izquierda ha tomado organismos como Naciones Unidas”, que “hablan de género, aborto o patriarcado pero no de familia”.
Compartía con ellos panel el secretario general de Vox Ignacio Garriga, que ha calificado de “obligación moral” la que ha llamado “guerra cultural frente a la cultura de la muerte”, que considera “uno de los mayores riesgos de nuestra civilización”. Garriga ha nombrado a Argentina o Hungría como lugares en los que se dan “pequeñas chispas de esperanza”, pero también ha querido aplaudir al exvicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo –presente en la sala– y su polémica propuesta del ‘latido fetal’.
La extrema derecha española ha contado con una amplia representación en la cumbre: la eurodiputada Margarita de la Pisa es una de las ponentes, pero entre los asistentes hay concejales y diputados de Vox en ayuntamientos y parlamentos autonómicos. Entre ellos, María García Fuster de Catalunya, Pablo Pérez Gallardo, concejal del Ayuntamiento de Majadahonda o Liberto Senderos, del Ayuntamiento de Barcelona.
En la cumbre se han dado cita representantes de la cruzada contra los derechos sexuales y reproductivos procedentes de Estados Unidos, como el congresista Andy Harris, que ha tildado “la ideología woke” o “el comunismo y el socialismo” de “amenazas de la democracia” o Sharon Slater, presidenta del Observatorio Internacional de la Familia, que ha cargado contra “el aborto, la agenda LGTBI y la educación sexual”, una triada “que se está intentando adoptar a través de terminología engañosa”. Desde Europa, han compartido encuentro miembros de tres familias de partidos: el PP Europeo, los Conservadores y Reformistas de Meloni o los Patriotas por Europa, el bloque de Orbán, Marine Le Pen y Vox.
“Hacen falta padre y madre”
La jornada de mañana de la cumbre ha servido también para dar alas a la teoría del reemplazo, un discurso de extrema derecha popularizado en los últimos años según el cual se estaría intentando sustituir a la población blanca en Occidente por inmigrantes. Lo ha deslizado Gregor Puppinck, director del European Centre for Law and Justice, una de las organizaciones internacionales más activas, que ha afirmado que “la causa de la cultura de la muerte es la depresión moral de la sociedad ante el triunfo del ateísmo” debido a que “muchos europeos se han resignado a la sustitución por la inmigración”.
También Garriga lo ha mencionado al asegurar que “algunos prefieren promover las políticas de sustitución en vez de formentar la natalidad”. Este tema, el de la natalidad, ha ocupado buena parte de los paneles. La diputada del Partido Popular Austríaco Gudrun Kugler ha querido dar algunas ideas a sus colegas para lograr revertir lo que llaman el “invierno demográfico”: “Hay que tener niños muy pronto. El tercer hijo marca la diferencia. Hagamos difícil del aborto. Hay que faiclitar que la gente adquiera casas. Y que la gente tenga fe, los creyentes tienen más hijos”.
En líneas similares se han pronunciado las españolas Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto CEU para Estudios de la Familia, y la vocal de Red Madre y miembro de NEOS, María Calvo, que ha llamado a “acoger a los hijos siempre, cuando lleguen y como lleguen” y ha cargado contra un “feminismo antimaternal que solo ofrece el aborto como derecho”. “La belleza de la mujer emana de su capacidad para traer hijos al mundo”, ha asegurado.
La defensa de la familia –en singular, formada por un hombre y una mujer– también ha copado muchos de los discursos. “Las familias sin padres no funcionan, hace falta ambos padres: madre y padre”, ha dicho el secretario de Estado adjunto del gobierno húngaro, Márton Ugrósdy. “Por razones biológicas el matrimonio es una institucion que pertenece exclusivamente a la heterosexualidad”, ha añadido el eurodiputado rumano Serban-Dimitrie Sturdza.