En estudios anteriores, el mismo equipo de científicos ya había calculado que el deshielo durante un mes completo ocurriría en la década de 2030, pero el calentamiento global está acelerando esas previsiones
Los polos de la Tierra se derriten a ritmo récord, con el peor invierno de la historia en la Antártida
El Ártico podría experimentar su primer verano sin hielo marino en 2027, según una reciente investigación publicada en la revista Nature Communications. El estudio, liderado por las climatólogas Alexandra Jahn y Céline Heuzé, advierte que el ritmo del deshielo en el océano más septentrional se está acelerando debido al cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos.
Usando más de 300 simulaciones por ordenador, el equipo internacional de científicos concluyó que incluso si las emisiones de gases de efecto invernadero no aumentan, las condiciones actuales podrían desencadenar un verano completamente libre de hielo entre nueve y veinte años después de 2023. Sin embargo, los investigadores han identificado una serie de fenómenos meteorológicos extremos que podría derretir más de dos millones de kilómetros cuadrados de hielo marino en un corto periodo: un otoño inusualmente cálido debilita primero el hielo marino, seguido de un invierno y una primavera cálidos en el Ártico que impiden la formación de hielo marino.
Estas condiciones consecutivas, repetidas durante al menos tres años, serían suficientes para empeorar la situación, ya que cuando hay menos de un millón de kilómetros cuadrados de hielo, los científicos consideran que el Ártico está libre de hielo.
“El primer día sin hielo en el Ártico no cambiará las cosas radicalmente, pero demostrará que hemos alterado una de las características definitorias del entorno natural del Ártico debido a las emisiones de gases de efecto invernadero”, señala Alexandra Jahn en un comunicado.
Mitigación aún posible
En septiembre de 2023, la cobertura mínima de hielo en el Ártico alcanzó 4,28 millones de kilómetros cuadrados, una de las más bajas registradas desde 1978, según datos del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Colorado. En comparación, el promedio entre 1979 y 1992 era de 6,85 millones de kilómetros cuadrados, lo que evidencia el ritmo sin precedentes de pérdida de hielo, calculado en más del 12% por década.
A pesar del sombrío pronóstico, las investigadoras subrayan que aún hay margen para retrasar este fenómeno mediante una reducción drástica de las emisiones. “Cualquier reducción de las emisiones ayudaría a preservar el hielo marino”, afirmó Jahn. En estudios anteriores del mismo equipo ya trataron de predecir cuándo quedará este océano totalmente libre de hielo durante un mes completo, concluyendo que esto ocurriría en la década de 2030.