Juan Carlos, junto a su mujer recién operada de un tumor en el pecho y sus hijas, ha pasado por varios alojamientos temporales, desde el propio Ayuntamiento de Paiporta al antiguo complejo de La Fe. Trasladados a una antigua residencia de Burjassot, buscan un alojamiento digno: «Esto no reúne las condiciones mínimas para una familia»
El Gobierno valenciano anunció el pasado 18 de noviembre la apertura del edificio de la escuela de enfermería del antiguo hospital La Fe de València como centro habitacional para dar acogida a personas que necesitan alojamiento de forma “urgente” y durante un corto espacio de tiempo tras la DANA del 29 de octubre.
Este espacio, que se habilitó con capacidad para 50 plazas, contaba hasta este lunes con 28 personas alojadas. Sin embargo, diferentes fuentes oficiales consultadas por elDiario.es han confirmado que han sido trasladas a otro centro de atención temporal de emergencia ubicado en Burjassot.
Fuentes de la Conselleria de Sanidad han explicado a esta redacción que se planteó el recurso de La Fe como algo temporal hasta finales de noviembre, ya que se prevé darle un uso asistencial, aunque no han concretado para qué tipo de patologías.
El problema es que el recurso habilitado no parece reunir unas mínimas condiciones, al menos según relata Juan Carlos, uno de los afectados por la DANA que estaba alojado en La Fe junto a su mujer, recién operada en un tumor en un pecho, y sus dos hijas de 10 y 12 años.
Juan Carlos y su familia han pasado un auténtico vía crucis que no ha finalizado desde que la DANA dañó la estructura del edificio en el que residían ubicado en la calle de la Constitución de Paiporta: “Las tres primeras noches las pasamos en el último piso del Ayuntamiento, dormimos en el suelo junto a otras tres familias, había una chica con un bebé. La Policía nos traía comida cuando no podíamos salir a buscarla. Luego una chica nos ofreció su casa durante unos días, pero entonces fue cuando operaron a mi mujer en el hospital General y nos alojamos en un albergue cercano. Entonces fuimos al Ayuntamiento de Paiporta a pedir ayuda porque nuestra casa tenía las paredes agrietadas y al poco tiempo nos llamaron y nos ubicaron en el sexto piso del antiguo edificio de La Fe”.
Allí estuvo durante cinco días con su mujer y sus hijas “en una habitación con camillas”, hasta que les dijeron que no podían seguir porque no es “un lugar apto para alojar personas”. Fue entonces, este martes 3 de diciembre, cuando les llevan a un centro de atención temporal de emergencia en Burjassot, lo que en su día fue una residencia de personas mayores de la que se encarga Cruz Roja: “El problema es que tenemos que compartir baños tanto los hombres como las mujeres y las habitaciones no tienen cerradura. Aquí hay un centenar de personas afectadas por la DANA que no conocemos y dormir con mis hijas sin poder cerrar la puerta con llave la verdad es que no ofrece mucha seguridad, como tampoco la da el que se tengan que compartir los servicios. Además, hay unos horarios muy estrictos para poder entrar y salir de las habitaciones y del recinto. Nosotros hemos trasladado todo esto a Cruz Roja, ellos tratan de ayudarnos, hacen lo que pueden”, explica.
Para Juan Carlos, este centro no reúne las condiciones adecuadas para estar con su familia y, por eso, junto a otros usuarios, está buscando compartir una vivienda de alquiler. Según cuenta, tiene la opción de escolarizar a sus hijas en un colegio de Burjassot, pero no lo ha hecho porque no sabe el tiempo que estará ni dónde se alojará finalmente.
A tenor de todas estas situaciones, la respuesta de la administración en materia de vivienda está siendo a todas luces insuficiente más de un mes después de la DANA. La mayoría de personas que se han visto obligadas a dejar sus viviendas se han alojado con familiares o amigos. Además de estos centros de atención temporal, que son recursos de urgencia para personas vulnerables que no tienen alternativa habitacional, el Gobierno valenciano habilitó hace dos semanas ayudas para alquiler que ya se pueden solicitar, pero sin plazos claros para empezar a percibirlas y a medio plazo tiene previsto poner a disposición de los afectados casi 300 viviendas que están en proceso de rehabilitación y acondicionamiento.