Elena González Matas, librera: «A veces, conocer a un escritor es decepcionante»

La librera del barrio de la Sagrada Familia de Barcelona cuenta cómo es la relación con sus vecinos, el mundo editorial y los autores, además de sus experiencias en un negocio a caballo entre lo personal y lo comercial

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El comercio más renombrado de esta manzana de la calle Padilla, entre las calles Mallorca y Provença, es Tot Ibèric, una tienda de jamones. Y en segundo lugar, ya viene la librería Tòmiris. La vida es así, y los lectores que hemos crecido con las historietas de Pepe Gotera y Otilio sabemos que todo es mejor con un bocadillo de jamón entre las manos.

Hace ya seis años que Elena González Matas abrió esta librería. Su propia librería. Entonces, tenía 47 años, dos hijos pequeños (no demasiado), llevaba décadas trabajando para otros en el mundo de los libros, y a su librería le puso el nombre de una reina guerrera de tierras lejanas. La inauguró un mes de abril. En Catalunya, abril es el más bello de los meses. Esto es porque hay un día, el 23, en que todas las ciudades, y no digamos Barcelona, se llenan de libros a más no poder. Sin embargo, en el poema dijo T.S. Eliot que abril es el mes más cruel. Siempre pasa lo mismo. Uno sueña con libros, y la realidad le pone en su sitio a jamonazos para que no se haga ilusiones. O peor aún, para que se haga otras ilusiones. Sobre el poder de las ilusiones, quien más escribió fue Balzac.

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