La petición de «reconsiderar» los aranceles ante la amenaza al sector porcino supone un golpe a la principal medida de Von der Leyen en la guerra comercial contra China, que es una competencia de la Comisión Europea. La votación definitiva será antes de que acabe octubre y el temor en Bruselas es que el ‘no’ de países como España o Alemania pongan cuesta arriba los nuevos impuestos
Sánchez pide a Bruselas que “reconsidere” los aranceles a los coches eléctricos chinos
El viraje de Pedro Sánchez pidiendo a la UE que reconsidere la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China ha generado malestar en Bruselas. El cambio de posición de España, que responde a la amenaza de Pekín a las exportaciones de cerdo y a los intereses económicos en ese país, debilita la principal medida adoptada por Ursula von der Leyen en la guerra comercial con el país asiático. La Comisión Europea decidió imponer aranceles extra al 10% que ya se aplicaba de entre el 36,3% y el 9% a los vehículos eléctricos fabricados en ese país después de una investigación que concluyó que los subsidios de Pekín suponen una competencia desleal y distorsionan el mercado europeo.
La petición de Sánchez supone, por tanto, un golpe en la línea de flotación de esa estrategia en un momento en el que las negociaciones de Bruselas y Pekín están abiertas. De hecho, un día después de la visita del presidente español, el Gobierno chino ha anunciado un viaje del ministro chino de Comercio, Wang Wentao, para discutir los aranceles. En ese viaje se reunirá con el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, el próximo 19 de septiembre.