El líder de Junts acusa a Illa de ser responsable del «sufrimiento» en Catalunya y esquiva la posibilidad abierta por Sánchez de mantener un encuentro entre ambos
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Los mensajes conciliadores que este lunes enviaron tanto Pedro Sánchez como Salvador Illa en dirección a Waterloo no han rebajado la beligerancia de Junts. Tanto el presidente del Gobierno como el catalán abrieron la puerta a mantener una reunión con Carles Puigdemont incluso antes que le sea aplicada la amnistía, un gesto con el que trataban de procurar la necesaria reconciliación con Junts. Pero un día después, el propio Puigdemont ha respondido con dureza y reiterando que la confianza con Sánchez está rota.
“No renovaremos la confianza en Sánchez mientras persista, tanto en Madrid como en Catalunya, la estrategia que pretende hundir a nuestro país en la decadencia social, económica, lingüística y nacional”, ha asegurado Puigdemont.
Aunque el líder de Junts no se ha pronunciado ahora sobre la opción de reunirse con el presidente del Gobierno o el la Generalitat, Puigdemont ya dio muestras la semana pasada de que este era un asunto importante para él. Según afirmó, consideraba que la normalización de las relaciones con Sánchez e Illa supondría una “amnistía política”, en contraposición con la “amnistía judicial” que aún no le ha llegado.
En su último mensaje, sin embargo, Puigdemont ha mostrado su malestar por el balance que este lunes hizo Salvador Illa del inicio de su mandato, donde aseguró que su Gobierno suponía un cambio de étapa que dejaba atrás el “sufrimiento” del procés. El líder de Junts ha tildado de “propaganda españolista” esta visión y ha cargado directamente contra Illa como responsable de ese “sufrimiento” que, a juicio del líder de Junts, se ha generado por la “persecución de los independentistas”.
“El president Illa pretende que nos creemos que el sufrimiento que ha provocado su 155, su persecución política y judicial durante más de siete largos años, no ha existido”, ha remarcado. Para Puigdemont es inconsistente que Sánchez e Illa den por superado el conflicto político en Catalunya cuando ambos dependen de formaciones independentistas.