El director italiano estrena su primera película con una protagonista femenina y que coge su nombre de la sirena que creó la ciudad italiana
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Según el mito, la sirena Partenope fue quien dio forma con sus rasgos a Nápoles. De ella destacaban su belleza, y eso quedó plasmado en las formas de la ciudad italiana. Allí es donde nació el cineasta Paolo Sorrentino, que siempre que puede lo recuerda. No solo eso, sino que recientemente ha querido honrar a su lugar de nacimiento a través de su cine.
Si con sus primeras películas había hecho un retrato satírico de Roma en o había radiografiado a varios de los personajes más polémicos (y corruptos) de la Italia reciente como Berlusconi o Andreoti, ahora parece que quiere que su particular estilo quede unido a Nápoles. En acometía uno de esos ejercicios de autoficción que tanto hemos visto los últimos años para contar su momento fundacional como cineasta y la muerte de sus padres, de la que él escapó (de ahí el nombre de la película).