La presidenta madrileña ha calificado de “monserga comunista contra los ricos” las críticas de Pedro Sánchez al modelo fiscal y social de la región
La Guardia Civil investiga las agendas de la número tres de Ayuso ocultas en un garaje durante años
Los indicios de tráfico de influencias, cohecho, prevaricación y fraude a la administración pública que recaen sobre la exalcaldesa de Arroyomolinos por el PP y ahora vicepresidenta de la Asamblea de Madrid y número tres del partido, Ana Millán, son apenas noticiosos, según la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Tratando una vez más de valerse de la ironía para despejar asuntos espinosos, la líder regional del PP ha dicho esta mañana: “No dudes que si no fueras mmm mmm [sic] de Ayuso no estarías en esta presión mediática; vale el novio de Ayuso, el vecino de ayuso, la mmm mmm de Ayuso… Es el apellido y no otra cosa lo que tienes encima, pero ya estamos acostumbrados”, ha despejado, con la interfecta sentada entre los asistentes al acto de inicio del curso político del PP regional, celebrado en Arganda del Rey, y en el que se ha vuelto a explayar contra Pedro Sánchez por sus críticas del miércoles al modelo fiscal y social de la región, “monserga comunista contra los ricos”, según su análisis.
No es para tanto, se deduce de las palabras de Ayuso, la reciente aparición de unas cajas con agendas de la antigua regidora, que cobró 200.000 euros de un empresario al que adjudicaba contratos cuando era concejala, como tampoco los son los numerosos indicios que figuran en la causa, recién llegada al Tribunal Superior de Justicia tras el aforamiento de Millán al ser elegida diputada regional. Repite así la estrategia que ha seguido respecto de Nacho Cano, investigado por contratación irregular de trabajadores extranjeros para su musical, así como de su pareja, defraudador confeso al que empezó defendiendo a capa y espada, pero de quien ahora no habla por respeto a su propio papel institucional, según ha dicho esta semana.
La referencia a Millán la ha hecho Ayuso al inicio de un discurso en el que ha contestado a las críticas del presidente del Gobierno al modelo fiscal y social madrileño, tendente a la reducción de impuestos y a la gestión privada de los recursos públicos. Si Sánchez dijo que quería ver menos ‘Lamborghinis’ y más autobuses por las calles, Ayuso replica que quienes sí van en coche deportivo italiano son los “consejeros de [Salvador] Illa”, el flamante presidente de la Generalitat de Catalunya, o “Generalidad”, según la dicción de Ayuso.
No al “soborno” autonómico
La líder del PP madrileño recela de que otros presidentes autonómicos accedan a negociar con el Gobierno sobre la financiación particular. Ayuso dice que no se debe, pues es “soborno” —no como lo de Ana Millán— y lo que procede es que el Gobierno de “la monserga comunista contra los ricos” saque “las sucias manos de la recaudación de los madrileños y del resto de españoles”. Que no se le ocurra al Ejecutivo armonizar el impuesto de donaciones y sucesiones, que es un “robo a la propiedad y a las clases medias”, por mucho que la OCDE diga que las exenciones al mismo sean regresivas.
Son inconcebibles las componendas; la situación es seria ante la desintegración de la patria, que como las estrellas antes de explotar y extinguirse se concentran en el núcleo. “La historia, la Corona y Madrid somos el gran estorbo porque damos sentido nacional a España”, ha advertido. Quejosa, ha protestado por la “mezquindad” de Sánchez y su política basada en “fastidiar a Madrid, que se merece lo peor” mientras favorece al “negocio corrupto independentista”. También actúan muy mal los “sindicatos del caviar”, de los que también ha dicho que no protestan ante el cambio del modelo de financiación catalán por algún tipo de pacto secreto.