Mientras Francisco Franco era nombrado en Burgos y asumía el mando único de la zona sublevada en el primer año de la Guerra Civil, Aurora Rodríguez Carballeira permanecía impasible ante los psiquiatras del entonces llamado Manicomio de Ciempozuelos. Era octubre de 1936, pero allí estaba desde la Nochebuena de 1935 por orden de la Audiencia Provincial de Madrid. Antes había pasado por la Cárcel de Mujeres, donde empezó a cumplir los 26 años, ocho meses y un día de prisión a los que fue condenada por haber asesinado a su propia hija, la escritora y política Hildegart Rodríguez, un trágico suceso que conmocionó a la sociedad española de la