Por qué siguió con él, por qué no le dijo que ‘no’, por qué volvió, por qué continuó hablándole. Son algunas de las preguntas que estos días sobrevuelan las conversaciones a raíz de algunos de los testimonios que y que narran relaciones mediadas por el sometimiento machista en las que las mujeres se han visto haciendo cosas que no querían hacer, pero no cortaron el vínculo o lo hicieron pasado un tiempo. No es excepcional la creencia generalizada que atribuye una inmediata huida como única opción posible y lógica ante cualquier señal problemática, pero este relato lineal obvia la complejidad de un fenómeno con muchas capas.