El cambio climático hace peores y más frecuentes las tormentas destructivas como la que atraviesa España

El calentamiento global aporta más energía a las precipitaciones torrenciales que descargan más agua y cada menos tiempo en las zonas más vulnerables a las inundaciones

El calentamiento global multiplica por cuatro la intensidad de las lluvias torrenciales en España

El cambio climático que causan las emisiones de gases generadas por los humanos está convirtiendo las lluvias en España en precipitaciones mucho más violentas: esto significa precipitaciones más torrenciales en las que cae mucha agua en poco tiempo. Justo lo que ha ocurrido en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía este martes. Al menos 51 personas han fallecido.

Los datos no mienten: el cambio climático está cambiando la forma de llover. Las regiones mediterráneas de la península y Baleares, las zonas donde suelen descargar las DANAS o gotas frías, reciben ahora “un 19% más de precipitación en los episodios de lluvias torrenciales” que en los años 60, según una recopilación del portavoz de la Aemet, Rubén del Campo en un documento sobre efectos observados del cambio climático. Esas zonas son las más afectadas por riadas e inundaciones tras las trombas.

No es la única fuente científica. La crisis climática ha provocado que se multiplique por cuatro la intensidad de las lluvias en los últimos 50 años en España, según evidenció una reciente revisión de datos llevada a cabo por la Universidad Politécnica de Catalunya. El incremento se ha constatado tanto en episodios de lluvia fuerte (que situaban en 30 mm de precipitación) como los de lluvia torrencial (cuyo umbral se coloca en 60 mm). En esta DANA se han alcanzado los 200 mm de manera general y en la localidad de Utiel, por ejemplo, se han rebasado los 400 mm.

Las evidencias se han acumulado a golpe de lluvias violentas, riadas, daños y víctimas. En la franja mediterránea no solo se ha detectado más intensidad de las lluvias sino que estos episodios extremos “ocurren con mayor frecuencia que en décadas anteriores”, explican los análisis de la Aemet. El meteorólogo Peio Oria estudió en 2021 la serie temporal de precipitaciones en la España mediterránea para concluir que hay “un aumento en frecuencia e intensificación de las situaciones que provocan lluvias muy fuertes o torrenciales y de extensión significativa”.

Para ponerle cara a las conclusiones científicas, la Aemet calificó la DANA que golpéo el sureste peninsular (la Vega Baja del Segura) en septiembre de 2019 como un temporal “sin precedente en los últimos 100 años”. Pero solo cinco años después la misma Aemet evalúa ahora que lo que se está viviendo en el mediterráno es “la gota fría más adversa del siglo” en la Comunidad Valenciana.

Los científicos son siempre prudentes a la hora de atribuir un episodio meteorológico concreto al cambio climático, pero, la misma oficina de la Aemet en Valencia ha dicho este miércoles que “no es posible que la temperatura del aire y del mar esté aumentando y todo lo demás siga igual. Estamos en un planeta más cálido y con más disponibilidad energética”.

Dicho de otra manera, el calentamiento global del planeta que generan los gases de efecto invernadero alimenta con más energía, porque eso es el calor que se retiene con los gases, las tormentas. Cuando llega un temporal, tiene más fuerza para desatar, es decir, más lluvia torrencial que descargar.

En las localidades de Utiel, Alfafar, Algimet, Letur y otros municipios se han repetido las expresiones de “lo nunca visto” o “jamás ha ocurrido algo así”, aunque los datos reflejan que cada vez es más habitual y más probable que se repita en poco tiempo. Es la nueva realidad climática.  

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