Las ocho horas de Mazón encerrado con su ‘politburó’ que tuvo paralizado el centro de emergencias: sin consellers ni el presidente de la Diputación

El presidente de la Generalitat Valenciana pergeñó la estrategia política para afrontar la DANA tras la interveción de Pedro Sánchez solo con sus tres hombres de confianza: José Manuel Cuenca, secretario autonómico del Gabinete del Presidente; Cayetano García Ramírez, secretario autonómico de Presidencia, y Santiago Lumbreras, secretario autonómico de Relaciones Institucionales y Transparencia

El centro de coordinación de emergencias, paralizado durante horas hasta la comparecencia de Mazón

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, intentó el pasado sábado tomar las riendas políticas de la catástrofe de la DANA que ha acabado con más de 200 vidas y costará millones de euros en reparaciones e indemnizaciones en los próximos meses y años. El jefe del Consell está recibiendo duras críticas por parte de muchos afectados y de la oposición por la tardanza en poner en marcha la respuesta a la emergencia y, sobre todo, por la pérdida de un tiempo vital en las horas clave y en el tardío lanzamiento de la alarma generalizada a la población el día 29 de octubre a las 20:12. El sábado por la mañana, hacia las 10:30 horas, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez hizo una comparecencia pública en la que anunció una batería de medidas económicas, políticas y de logística para combatir el desastre y el caos que se vivía en los municipios afectados. El titular de los anuncios de Pedro Sánchez cayó como una bomba en el Palau de la Generalitat y desmontaba la gestión de Mazón. Expuso decenas de medidas, 7.000 militares y una fragata: “Si necesita más recursos, que la Generalitat los pida”. Eran alrededor de las 11 de la mañana del sábado.

Tras esta comparecencia de Sánchez, todas las previsiones en la sala de máquinas de la gestión de la catástrofe, en el edificio del Centro de Coordinación de Emergencias 112 en L’Eliana, saltaron por los aires. Pasadas las 11 de la mañana, la consellera de Justicia, Salomé Pradas, había convocado la primera reunión diaria del Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi). A esta reunión de coordinación acuden una veintena de instituciones, desde los consellers afectados hasta la Delegación del Gobierno pasando por los equipos de emergencias y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero con todo el mundo listo para empezar, la reunión se pospuso por parte de Presidencia de la Generalitat Valenciana sin razón alguna.

Los rumores empezaron a correr. Carlos Mazón se había encerrado con tres de sus personas de máxima confianza en un despacho del Centro de Coordinación de Emergencias. Era su núcleo duro, el Ala Oeste del Palau de la Generalitat, según el símil de la serie norteamericana El Ala Oeste de la Casa Blanca. Fuera de esta reunión, entre otros, quedaron la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Susana Camarero; la consellera de Justicia y responsable legal de la gestión de la crisis, Salomé Pradas; Marciano Gómez, conseller de Sanidad, y el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, quien se había convertido en los cinco primeros días de la crisis en un puntal de Mazón en todas sus intervenciones públicas y quien está aplacando a los alcaldes críticos con la gestión del presidente. Sobre todo del PP. Fuera de la cumbre también se quedaron los técnicos de emergencias, policía, Guardia Civil, bomberos o el propio Gobierno.


Cayetano García, en una intervención en las Corts Valencianes.

¿Quiénes son los tres hombres de confianza con los que se encerró Mazón para dar la rueda de prensa más importante de su vida política? Se trata de tres de sus secretarios autonómicos en Presidencia de la Generalitat. Los responsables de su sala de máquinas y de sus relaciones con la prensa y los grupos de interés. Dos periodistas de profesión y un economista con plaza de habilitado nacional. Su mano derecha, José Manuel Cuenca, secretario autonómico del Gabinete del Presidente y que trabajó en la COPE en la Comunitat Valenciana; Cayetano García Ramírez, secretario autonómico de Presidencia, que maneja los datos y ha sido artífice de su política musical, y Santiago Lumbreras, secretario autonómico de Relaciones Institucionales y Transparencia. Lumbreras era el hombre fuerte cuando Mazón fue presidente de la Diputación de Alicante. La reunión empezó después de la comparecencia de Sánchez y no terminó hasta que Mazón decidió salir a dar su comparecencia, pasadas las 19 horas.

Consellers, mandos policiales y otras instituciones se empezaron a poner nerviosos al ver que a las 14 horas -tres horas más tarde de lo previsto- no había comenzado el Cecopi y comenzaron a protestar. Para aplacar las quejas, el equipo de prensa de Mazón mandó un mensaje a los periodistas anunciando la comparecencia del presidente. “Buenas tardes. Os informamos de que en breves instantes comparecerá el president de la Generalitat en el Centro de Coordinación de Emergencias de L’Eliana”. Eran las 14:30 horas. El politburó de Mazón seguía reunido y los consellers todavía seguían fuera.

Los miembros de los equipos de emergencia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad regresaron al trabajo bastante molestos con la falta de información por el retraso. Los consellers y el presidente de la Diputación, ante la evidente situación de descontrol y caos y viendo que estaban parados, decidieron salir del edificio de Emergencias e irse a visitar zonas afectadas. La consellera de Justicia, que es sobre el papel quien maneja la crisis, se marchó en un vehículo de Emergencias. Primero a Utiel, donde recorrió las calles con el alcalde, Ricardo Gabaldón, y posteriormente a Chiva, donde se encontró con el presidente de la Diputación, según se puede comprobar en sus redes sociales personales. Eran las 17 horas y Mazón seguía encerrado con su equipo.


Santiago Lumbreras, en un acto como secretario autonómico.

Este periódico publicó una información a las 17:14 alertando de la situación del Cecopi, aplazado sin ninguna explicación y sin noticias de Mazón. No fue hasta pasadas las 19 horas que el presidente de la Generalitat compareció ante los medios de comunicación para anunciar su paquete de medidas para afrontar la crisis. Solo, con camisa azul claro de Yves Saint Laurent y sin el chaleco rojo de emergencias que había llevado desde el inicio de la crisis. En esa comparecencia sin preguntas, Mazón intentó tomar por fin el mando político y situarse como el organizador de la respuesta a la tragedia.

No ha pasado desapercibido en su partido ni en los socios de Vox que apareciera solo en esta comparecencia. Como hizo Sánchez. Hasta el momento, el presidente siempre había hecho sus comparecencias públicas con el presidente de la Diputación de Valencia, la consellera de Justicia y el jefe provincial de Bomberos, José Miguel Basset. “Fue un desastre comunicativo, apareció con una vestimenta que parecía que venía del cine, y no de combatir una crisis de primera magnitud”, explica una fuente que vivió la incertidumbre en el 112. Ya existen voces en el partido que cuestionan la selección del equipo de emergencias de Carlos Mazón. Tras el cierre del sábado, también de su equipo comunicativo.

Fue llamativa la aparición en el centro de Emergencias del 112 de Santiago Lumbreras este sábado. Lumbreras no se había dejado ver en estas instalaciones en los primeros días de la catástrofe, del martes al viernes. Los que sí que han estado pegados al presidente han sido Cuenca y Cayetano García. A García se le ha visto bastante nervioso durante estas jornadas con momentos, incluso, de ostensibles aspavientos. Los gritos no son extraños en estas jornadas de tensión en la sala de máquinas de la gestión de la crisis. Cuenca, de un carácter más serio, ha sido el encargado de estar cerca del presidente en los momentos en los que ha estado Pedro Sánchez o el ministro Grande-Marlaska, como se puede observar en la fotografía que ilustra esta noticia.

Tres hombres son en estos momentos quienes soportan la figura de Mazón. Ni el partido, ni el Consell, ni tampoco sus socios. Solos ante el peligro los amigos del clan alicantino, como se les conoce en los corrillos periodísticos.

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