Norman Ohler, escritor: “Con el LSD, los nazis y la CIA abrieron la caja de Pandora»

En su libro ‘Un viaje alucinógeno’, el popular autor alemán ha buceado en los archivos para describir con detalle la fascinante trama que convirtió al LSD en una sustancia proscrita y retrasó durante décadas su uso terapéutico

Hemeroteca – Los hongos alucinógenos y el LSD vuelven a ser estudiados para tratamientos de ansiedad y depresión

En el año 2017, el periodista y escritor alemán Norman Ohler se convirtió en un superventas gracias a su profusa investigación sobre cómo los líderes militares y políticos nazis, incluido el propio Adolf Hitler, habían abusado de las drogas psicoactivas. Tras el impacto de El gran delirio: Hitler, drogas y el III Reich (2017), traducido a más de 30 idiomas, Ohler se adentra ahora en una de las tramas más fascinantes de la historia reciente que también implica a los nazis: la manera en que las drogas psicodélicas moldearon nuestra cultura y terminaron proscritas a pesar de sus posibles aplicaciones en salud mental.

Para este nuevo trabajo, Un viaje alucinógeno (Crítica, 2024), Ohler ha buceado en los archivos de la empresa Sandoz y los escritos de Albert Hofmann, el químico que caracterizó el LSD y la psilocibina, para revelarnos algunos jugosos detalles de aquellos descubrimientos y cómo el interés de los nazis, los soviéticos y la CIA por encontrar una droga de control mental condicionó su posterior desarrollo.

Un viaje verdaderamente psicodélico en el que nos muestra cómo esta sustancia obtenida del cornezuelo del centeno dio lugar a la contracultura y transformó el arte, la música y la sociedad, al tiempo que espoleó la guerra contra las drogas. Charlamos por videoconferencia con su autor, que nos atiende en la semioscuridad de su casa.

Este libro nace de la experiencia personal con su madre, ¿cómo fue?

Quería escribir un libro sobre sustancias psicodélicas, especialmente sobre el LSD. Y cuando comencé la investigación me encontré con un estudio que decía que podría ser bueno contra el alzhéimer. Lo hablé con mi padre para dárselo a mi madre, que tiene esta demencia, y fue él quien me preguntó: si esto es bueno, ¿por qué no puedo conseguirlo en la farmacia? De ahí nace este libro, que muestra la loca historia del LSD y por qué es ilegal, que es muy diferente de lo que la mayoría de la gente piensa. 

¿Cómo está su madre ahora?

Ella toma microdosis de LSD y esos días está más activa, está más feliz y puede pensar mejor. Incluso, a veces, lee el periódico. No sé si esto funciona solo para nosotros o para todos, pero estamos muy contentos en la familia con nuestro pequeño experimento.  

La premisa de que la culpa es de los nazis y la CIA suena un poco a argumento paranoico, ¿en qué se basa?

Es interesante revisar la historia de las prohibiciones y por qué algunas drogas son ilegales. Y el LSD no se ilegalizó porque fuera peligroso, sino porque la CIA trató de usarlo como droga de la verdad, siguiendo lo que creía que habían hecho los nazis, pero no funcionó. Luego, la contracultura, y mucha gente que estaba en contra de la guerra contra Vietnam, lo utilizaron en los años 60.

Mi padre me preguntó: si esto es bueno, ¿por qué no puedo conseguirlo en la farmacia? De ahí nace este libro

Declarar ilegal el LSD fue una decisión política del presidente Nixon, pero no porque estuviera preocupado por la salud del pueblo, sino porque le preocupaba que demasiadas personas tomaran LSD y tuvieran pensamientos que no correspondían con su ideología. El gobierno estadounidense adoptó políticas antidrogas descabelladas y todos los demás gobiernos acabaron siguiéndolo. Pero ahora mismo eso está cambiando y el ejemplo es Australia, donde el LSD es legal como tratamiento contra la demencia. Creo que eso tiene mucho sentido. 

Usted ha documentado muy bien cómo los nazis, y el propio Hitler, estaban obsesionados con las drogas. Pero al final no estaban usando el LSD como creía la CIA, ¿verdad?

No, no lo hicieron. Sólo las SS lo utilizaron con los prisioneros del campo de concentración de Dachau. Pero los propios nazis nunca usaron LSD. 

Pero sí trataron de usar drogas con fines bélicos. ¿Se sabe algo más de toda esa documentación que apareció en una caja en el campo de Dachau sobre este tipo de experimentos y luego se perdió?

Yo no pude encontrar la caja, pero estoy bastante seguro de que está en los archivos de la Universidad de Harvard. Así que voy a volver el año que viene, ya que no pude ir por culpa de la pandemia.

Había mucha esperanza sobre el LSD como medicina para la salud mental, mucho antes de que salieran al mercado todos los antidepresivos y antipsicóticos

Los archivos estuvieron cerrados mientras yo hacía la investigación, pero hay muchos artículos relacionados con esa caja que han salido de Harvard, porque allí estaba el profesor Henry Beecher, que era asesor de drogas del ejército estadounidense. Admito que en este momento solo tenemos dos páginas de los documentos de las SS sobre el uso de sustancias psicodélicas, pero creo que hay más en esa caja que falta.

Algo no demasiado conocido es que en aquellos primeros tiempos se hicieron ensayos clínicos con enfermedades mentales en países como Suiza o Canadá.

Sí. En aquel momento había mucha esperanza y optimismo sobre el LSD como medicina para la salud mental. Esto fue antes de que salieran al mercado todos los antidepresivos y antipsicóticos, que son bastante adictivos y no realmente saludables. El LSD era un enfoque diferente y la compañía Sandoz pensó que podría ser un medicamento muy bueno. 

En su libro explora la conexión entre Arthur Stoll y Richard Kuhn, figuras clave en el desarrollo del LSD en Sandoz. ¿Qué papel tuvieron en esta historia?

Arthur Stoll era el director ejecutivo, así que cuando la empresa descubrió el LSD era su trabajo sacarlo al mercado. Por desgracia, era el mejor amigo de Richard Kuhn, que era el principal bioquímico de Hitler. Ambos compartieron sus conocimientos y este último se interesó mucho en el LSD, porque también era su trabajo encontrar una droga de la verdad. Y él pensaba que tal vez el LSD podría ser lo que buscaba. Así es, básicamente, cómo comenzó la historia negativa en torno al LSD.  

Dado que la CIA creía erróneamente que los nazis o los soviéticos habían encontrado esas drogas de la verdad, ¿fue una carrera basada en las fake news?

La idea de una droga de la verdad es interesante para un servicio de inteligencia como las SS, la Gestapo o la CIA, pero nunca ha funcionado. La mente humana es demasiado compleja. Hasta el momento no se ha encontrado ninguna sustancia que le des a alguien y te cuente todos los secretos o te permita manipular por completo a esa persona. No funciona así. Pero ellos no lo sabían y de verdad creyeron que podía existir una droga de la verdad. Lo que sucede en el cerebro es muy diferente con el LSD, pero ellos ni siquiera lo sospechaban.

La idea de una droga de la verdad es interesante, pero nunca ha funcionado. La mente humana es demasiado compleja

¿Qué tienen el común el LSD y la psilocibina de las “setas mágicas”?

Pertenecen a la misma familia y se acoplan a ciertos receptores en el cerebro, los conocidos como 5-HT2A. Las moléculas de LSD y psilocibina encajan en ellos como una llave en la cerradura y, cuando esto sucede, las neuronas del cerebro comienzan a conectarse y a dispararse. Así que si tomas sustancias psicodélicas, el cerebro se estimulará, pero si lo miras más de cerca verás que la llamada red neuronal por defecto, que podríamos decir que mantiene tu “yo” activo y consciente, obtiene menos energía y otras áreas cerebrales comienzan a activarse. Simplemente se activa un modo diferente de trabajar del cerebro. También se ha visto que, con las sustancias psicodélicas, el cerebro accede a recuerdos más positivos de lo habitual. De modo que si estás deprimido, por ejemplo, y siempre tienes pensamientos negativos en bucle, el LSD altera ese proceso y el cerebro se reorganiza.  

En muchas culturas se han usado estas sustancias en busca de esa “pérdida de la individualidad”. ¿Por qué nos atrae tanto eso de perder el yo?  

Bueno, es algo que a muchas personas les gusta, porque se sienten uno con el universo, aunque otras pueden asustarse, porque sienten como si se perdieran a sí mismos. Por eso debes tener un poco de experiencia para tomar LSD. Creo que, en general, es algo saludable para nosotros conectarnos con el universo y comprender que somos parte de la naturaleza, perder tu individualidad, lo que también se llama “muerte del ego”. Pero para entrar en esa fase realmente necesitas tomar mucho LSD, más de 250 microgramos, lo que se llama “dosis heroica”.

Creo que, en general, es algo saludable para nosotros conectarnos con el universo y comprender que somos parte de la naturaleza, perder tu individualidad

Yo lo he hecho un par de veces y generalmente luego medito, camino o me siento en el bosque y cosas así. Si tomas una microdosis, como mi madre o mi padre, no pierdes tu individualidad y puedes funcionar con normalidad. Es solo que esa pequeña dosis básicamente estimula diferentes partes de tu cerebro.

Estas drogas cayeron en manos de terceros y dieron lugar a la contracultura. ¿Fueron una consecuencia no deseada de estos experimentos?

Sí, creo que fue un accidente. Por ejemplo, Ken Kesey simplemente participaba como sujeto en uno de aquellos experimentos de la CIA. Ni siquiera era escritor, pero bajo los efectos del LSD escribió Alguien voló sobre el nido del cuco y luego tomó más y se dio cuenta de que su misión en la vida sería simplemente conducir un autobús por América y distribuir tanto LSD como fuera posible. Básicamente, fue como si la CIA hubiera abierto la caja de Pandora. Muchos artistas tomaron LSD en los años 60 y, en casos como el de los Beatles, su música cambió. Puedes ver cómo los álbumes influidos por el LSD fueron mucho mejores. 

Creo que la CIA no tenía la intención de hacer que la gente fuera más creativa, simplemente sucedió. Por eso John Lennon dijo aquello: “Tenemos que agradecer a la CIA y al ejército que nos dieran el LSD”. Pero también hubo una visión crítica, como la del músico Frank Zappa, que sospechaba que tal vez había sido a propósito y dieron LSD a todos los artistas para que no se volvieran socialistas radicales ni lucharan contra el sistema. Yo creo que la CIA dio a conocer el LSD en el mundo occidental cuando buscaban un arma química, todo lo demás vino por accidente.

¿Cuánto le deben el arte, la literatura o la música actuales a aquel “accidente”?

Creo que el LSD es una droga muy creativa y te ayuda a tener pensamientos diferentes. Y, para un artista, eso es bueno. Supongo que si eres como un conductor de autobús, no deberías tomar LSD mientras estás trabajando, porque no necesitas pensamientos diferentes, sólo necesitas seguir las reglas. Pero un artista no necesita seguir las reglas, necesita romperlas. Para mí, como escritor, fue muy interesante tomar LSD porque comencé a experimentar con diferentes formas de escribir y ver el mundo. Y fue muy útil.

¿Cuánto contribuyeron los experimentos del proyecto MK Ultra de la CIA y la muerte de Frank Olson a la mala fama del LSD?

Fue un problema para la CIA, porque no esperaban que alguien muriera. La familia de Olson fue invitada a la Casa Blanca, y el presidente reconoció que había recibido LSD sin saberlo. Les ofrecieron 300.000 dólares como compensación, lo que en realidad no parece mucho por perder al padre de familia. Pero el de Frank Olson es solo un caso entre muchos estadounidenses.

Muchos estadounidenses participaron en estos experimentos sin saberlo y probablemente tuvieron problemas mentales. Porque si tomas LSD sin saberlo puede generarte una psicosis

No es que muchos murieran, pero muchos participaron en estos experimentos sin saberlo y probablemente tuvieron problemas mentales. Porque si tomas LSD sin saberlo es muy inquietante. No sabes lo que está pasando y puede generarte una psicosis.  

Se hicieron cosas muy sórdidas como la operación ‘Clímax de medianoche’. ¿No fue una demostración involuntaria de que el sexo es más poderoso que el LSD para arrancar la verdad a alguien?

En cierto modo, con este tipo de programas la CIA continuó los experimentos que los alemanes hicieron en Dachau. Pero no lo hicieron en un campo de concentración, sino que en este caso concreto prepararon apartamentos. Uno estaba en Nueva York y el otro en San Francisco. Simplemente atraían hasta allí a gente de los bares, prometiéndoles bebidas gratis y una buena fiesta. Y luego les daban LSD, mientras un agente observaba todo detrás de un espejo. A algunos les daban LSD y a otros no y después comparaban, para ver sus cambios, con la intención de usar ese conocimiento con aplicarlo con algún espía soviético y sacarle sus secretos. En San Francisco fueron un paso más allá y contrataron prostitutas, que traían a sus clientes al apartamento, les daban la droga y les extraían la información después del sexo. Pero ¿es el sexo más poderoso que las drogas? Realmente no lo sé. Creo que aquello fue un experimento fallido. 


El periodista y escritor alemán Norman Ohler.

Sandoz se aprovechó y maltrató al descubridor del LSD y la psilocibina. ¿Fue Albert Hofmann un genio explotado?

Hofmann fue un gran químico, el periódico The Guardian lo llamó uno de los genios más grandes del siglo XX. Cuando encontró el LSD por primera vez en 1938 lo probó en ratones en el laboratorio y no vio muchos efectos. Pero en 1943 lo volvió a mirar, presionado por Sandoz, que ya había cultivado el cornezuelo del centeno en una región montañosa de Suiza, Emmental. Como tenían mucho, presionaron a Hofmann para que creara más medicamentos y por eso lo retomó. Se ha escrito mucho sobre él, pero en mi libro trato de corregir algunos malentendidos y mostrar realmente lo que estaba sucediendo en la empresa en aquel momento. El propio Hofmann dijo sentirse maltratado, porque ganó millones para Sandoz y simplemente recibió su salario normal.

Hofmann también estaba disgustado por el uso recreativo del LSD, ¿no?

Sí, siempre pensó que sería una herramienta espiritual, también para terapia o para que los intelectuales la tomaran y tuvieran pensamientos diferentes. Así que se sorprendió un poco cuando en los años 60 en Estados Unidos todo el mundo lo tomaba por diversión. Tenía una visión un poco elitista. 

Las redes sociales han reemplazado a las drogas de control mental

Hablando de elitismo, sostiene usted que las drogas no se han considerado un tema relevante por los historiadores, a pesar de haber tenido un papel clave. ¿A qué se debe?

Una vez hablé de esto con Hans Mommsen, que fue el principal historiador sobre el nacionalsocialismo en Alemania, y me dijo: “nosotros, los historiadores, simplemente no sabemos nada sobre las drogas, por eso nunca pensamos que podría desempeñar un papel”. Por ejemplo, si los soldados toman metanfetamina, ellos no creen que esto realmente pueda cambiar su comportamiento. Y por eso han pasado por alto este tema.

La “guerra cerebral” que en los 70 se intentó conseguir con drogas, ¿se está llevando a cabo hoy en día con otros medios, como las redes sociales?

Creo que las redes sociales han reemplazado a las drogas en lo que respecta al control mental. Lo vemos en China, por ejemplo, donde el teléfono móvil ya registra lo que miras y cómo te comportas respecto a las políticas del gobierno, y de ello depende que no puedas conseguir un billete de avión, porque eres una persona sospechosa. Y esto también está sucediendo gradualmente o podría suceder también en Occidente. No creo que este fenómeno esté ayudando a las sociedades democráticas. 

Por cierto, ¿de qué irá su siguiente libro?

Estoy trabajando en una historia de la humanidad poniendo el foco en cómo las drogas han influido en los cambios de cada etapa, o sea que va a ser un libro muy extenso (risas).

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