Seis años después de dar un rápido carpetazo a su último intento, el Ayuntamiento de Marbella ha vuelto a la carga para . La pretensión es polémica y se ha llevado a los tribunales porque presenta múltiples aristas: la propia conveniencia de llevarla a cabo, las estrecheces presupuestarias del Consistorio, el precio a pagar, la historia del edificio y, por encima de todas, su propietario, una entidad vinculada al alcalde de Estepona, un promotor y un fugado descendiente de un destacado nazi.