Con la designación de Michel Barnier con primer ministro, Emmanuel Macron ha vinculado la suerte de la Presidencia de la República a la supervivencia del Gobierno
Mucho se ha hablado en estas últimas semanas sobre la dificultad de Michel Barnier para formar Gobierno y cómo su decisión final ha supuesto una auténtica traición por parte del presidente de la República al resultado electoral. Unas elecciones anticipadas convocadas para frenar a la extrema derecha se han acabado traduciendo en el Gobierno más de derecha bajo la presidencia de Macron, a pesar de que el resultado electoral había apuntado en la dirección opuesta.
Con la designación de Michel Barnier con primer ministro, Emmanuel Macron ha vinculado la suerte de la Presidencia de la República a la supervivencia del Gobierno. La fórmula de la “cohabitación” había sido la manera de proteger la Presidencia frente a una mayoría parlamentaria adversa. Tanto Mitterrand como Chirac entendieron que no se podía desconocer la mayoría parlamentaria expresada en unas elecciones generales en el proceso de formación del Gobierno. Una mayoría parlamentaria adversa no tenía por qué ser interpretada como una moción de censura al Presidente de la República, pero tampoco podía ser desconocida en la formación del Gobierno.
Al no seguir el ejemplo de Mitterrand y Chirac, Emmanuel Macron ha puesto en marcha un experimento que puede afectarle no solo personalmente a él, sino que puede afectar a la fórmula de gobierno que se impuso no con la Constitución inicial de la V República, sino con la reforma constitucional mediante la cual se decidió la elección del Presidente de la República por sufragio universal.