Cuando inició su andadura en 2012, sus componentes recuerdan que “no había la presión de hacer un WiZink como símbolo del éxito”. Ahora sí. Y al olimpo del supuesto medidor de gloria, se ha unido el . La vorágine en la que se ha convertido la industria musical –y el mundo en general–, que lleva a considerar hasta las obras de arte como productos de “usar y tirar” y la necesidad de acabar con la violencia y la ignorancia son algunas de las reflexiones que han plasmado en su nuevo disco, , disponible desde este viernes 4 de octubre.