El comisario jubilado Marcelino Martín Blas se desvincula de la Operación Catalunya pero dice que era su obligación investigar la corrupción de políticos catalanes pese a estar al frente de la unidad destinada a investigar delitos cometidos por otros policías
La policía política remitió al Gobierno de Rajoy 34 investigaciones a cargos catalanes y a sus familias en año y medio
La comisión de investigación de la Operación Catalunya trasciende en el Congreso entre la confusión y la irrelevancia de los testimonios de los comparecientes. Este martes acudió el que fuera jefe de Asuntos Internos de la Policía entre febrero de 2012 y diciembre de 2014, Marcelino Martín Blas, uno de los agentes que se sentará en el banquillo por el espionaje parapolicial a Luis Bárcenas y que ha intentado convencer a los diputados de que él no tiene nada que ver con las maniobras contra el independentismo.
Durante la declaración de Martín Blas se ha dado la paradoja de que, mientras el comisario jubilado hacía esa afirmación, confesaba la injerencia de su unidad en investigaciones de sesgo político que nada tenían que ver con la Unidad de Asuntos Internos que él mandaba. Influenciados por informaciones que llevan durante años intentado retratar a Martín Blas como el bueno de aquella cúpula policial, frente a su enemigo, José Manuel Villarejo, algunos diputados catalanes sucumbieron a las afirmaciones del compareciente y agradecieron “muchísimo” su intervención, caso del portavoz de Junts, Josep Valles.
“Yo no tengo nada que ver con la Operación Cataluña”, ha afirmado Martín Blas. Al tiempo, el comisario jubilado se ha referido con naturalidad a cómo se reunió con dos fiscales que investigaban la financiación irregular de CiU en octubre de 2012 porque creía que había que “actuar” contra su tesorero. Esa actuación que pedía Martín Blas era el registro de la sede del partido en plena precampaña electoral, tal y como denunciaron los fiscales en su momento de forma oficial.
“Mil veces lo haría”
La diputada de ERC, Pilar Villagura, ha preguntado qué hacía el jefe de Asuntos Internos entrometiéndose en una investigación contra la corrupción sin que hubiera policías investigados. “Lo he explicado mil veces. Yo soy policía. Estaba convencido de que habían cometido un delito. Mil veces lo haría”, ha dicho Martín Blas, de tal forma que ha confesado una práctica recurrente de la brigada política, la utilización de Asuntos Internos como policía sobre el terreno.
Una investigación judicial logró acreditar 19 viajes, solo en tren, de Martín Blas y Villarejo a Catalunya sin que la unidad que mandaba el primero tuviera investigaciones abiertas contra policías nacionales allí. El antiguo responsable de la Banca Privada de Andorra ha denunciado, y se investiga en un tribunal del país vecino, cómo Martín Blas participó en el chantaje que sufrieron los dueños del banco para facilitar las cuentas de los Pujol, luego publicadas en El Mundo. Martín Blas ha negado cualquier actuación en ese sentido, pero ha reconocido haber recibido de Higini Cierco, también de la BPA, una cuartilla con las cuentas y los fondos de la familia Pujol en el banco. “No valía nada. Lo rompí”, ha dicho.
La confusión que han creado las declaraciones de Martín Blas han hecho creer a los diputados que el ex jefe de Asuntos Internos luchó contra la fabricación de informes en la UDEF, la unidad contra la corrupción, en los asuntos de Catalunya. En realidad, lo que hizo Martín Blas fue convertir su unidad en una herramienta para presionar a los agentes que investigaban la caja B del PP, ya con el Partido Popular en el Gobierno, tal y como reveló en 2014 elDiario.es y ratificó años más tarde en el Congreso el inspector al frente de esas investigaciones.
El comisario jubilado ha dicho que él nunca conoció actividades de la Policía para dañar a adversarios políticos del PP, pese al relato anterior. Y ha añadido que ya jubilado sí ha tenido información. ¿Y cuál es esa información o documentación? Pues las agendas de Villarejo publicadas por los medios, noticias de prensa y otros documentos que, por lo que deslizó, se identifican con una investigación judicial que se sigue en un juzgado de Madrid por la confluencia de jerarcas venezolanos y policías de la brigada política contar Podemos, causa judicial en la que está personado el partido político. Este análisis de la actualidad que ha realizado como jubilado fue celebrada por la portavoz de Podemos, Martina Velarde. Tanto ella, como los diputados del PSOE, ERC y Junts han considerado de gran relevancia las afirmaciones de Martín-Blas y pedirán otra comparecencia del comisario jubilado por las estrecheces del tiempo marcado para sus intervenciones.
Contra Villarejo
Una vez ha intentado presentarse como un analista de la actualidad, acreditado por su vasta experiencia policial, Martín Blas ha pasado a librar una de sus batallas, la que mantiene con otro miembro de aquella brigada política, el comisario José Manuel Villarejo. Del análisis de todo lo publicado, Martín Blas ha concluido que Villarejo es el autor del borrador que publicó El Mundo y difundió después el Sindicato Unificado de Policía sobre la supuesta corrupción de Artur Mas y otros líderes independentistas, el conocido como “borrador de la UDEF”. No ofreció ninguna exclusiva cuando acusó a Villarejo de estar detrás de su elaboración.
En su intento por hablar de otros asuntos donde él no estuviera relacionado, Marcelino Martín-Blas ha mencionado una supuesta donación de la fundación FAES, vinculada al Partido Popular, por parte de la trama de corrupción de CiU. También ha mencionado la decisión del juez Juan Carlos Peinado de mantener 16 meses en prisión provisional a un jerarca venezolano cuya causa fue archivada. Ambas menciones, ya conocidas desde hace años, excitaron la atención del portavoz del PSOE, que insistió a Martín Blas en que incidiera en ello, pero el comisario jubilado solo sabía lo que había leído. La donación a FAES fue desmentida por la Agencia Tributaria hace 12 años y Nervis Villalobos ha llegado ya al Tribunal Constitucional en su denuncia por la decisión del juez que ahora investiga a Begoña Gómez.