La violencia física o verbal que sufren las mujeres en la calle se ha trasladado a internet a través del ciberacoso: controlar los contactos de la pareja, sus comunicaciones o qué contenido se puede hacer público son algunas formas de violencia digital
El movimiento feminista se une el 25N en Murcia y clama contra las sentencias de ‘los empresarios de la vergüenza’
Hay una generación que nunca ha experimentado la vida sin teléfono. Desde jóvenes, muchas chicas saben que algún día un amigo podría mandarle una foto de sus partes íntimas sin consentimiento. Muchas, a diario, reciben comentarios inapropiados sobre su cuerpo, escritos por hombres que ni siquiera conocen. En el peor de los casos, conviven con la idea de que les pueden chantajear con sus imágenes o vídeos íntimos.
También son conscientes de que su pareja —si vienen mal dadas— puede intentar arruinarles la vida a través de las redes sociales: “La violencia de género digital ha permeado mucho en los últimos años en las nuevas generaciones”, reflexiona al otro lado del teléfono la filósofa, sexóloga y psicóloga murciana Loola Pérez. “El entorno digital es un nuevo espacio de socialización, donde se comparten los afectos, pero también las violencias”.