Tú no te acuerdas porque eres muy joven, pero hace casi veinte años las calles de nuestras ciudades se llenaron de pegatinas con un lema rotundo: “No vas a tener una casa en la puta vida”. En las paradas de autobús, en los escaparates de bancos e inmobiliarias, en las farolas, por todas partes veías , además de en carteles convocando a una próxima manifestación. Eran los inicios del , en un momento en que la burbuja inmobiliaria había disparado los precios de los pisos, inaccesibles para una mayoría de jóvenes (y no tan jóvenes).